«El escándalo del diesel es un incentivo muy importante», declara a AFP Arne Behrensen, principal promotor de las bicicletas de carga, en referencia a la manipulación de VW.

Muy comunes en el norte de Europa hasta mediados del siglo XX, cuando se utilizaban para entregar pan, leche y periódicos, las bicicletas equipadas con una gran caja fueron barridas en unas pocas décadas por vehículos motorizados. Reaparecieron hace dos décadas en los Países Bajos y Dinamarca y ahora se instalan con fuerza en Alemania. «Tendremos un proceso de difusión en los próximos años», predice Sophia Becker.

En la actualidad se impulsa, con fondos públicos o donaciones, el uso de estas máquinas.

Los expertos sitúan en las infraestructuras el paso decisivo para su uso generalizado, ya que sin carriles para bicicletas y lugares de estacionamiento seguros y fáciles de encontrar, solo una minoría de familias o empresas realizarán la mudanza. «Si quieres aire limpio, tienes que protegerte, no tienes que arriesgar tu vida en bicicleta», indica Antje Merschel, uno de los iniciadores del reciente referéndum de Berlín sobre política de ciclismo.