Altuna: «Feliz por una gran final y porque he entrado en la historia de la pelota»

Lógica felicidad en un Jokin Altuna que pedía tiempo para asimilar lo hecho y disfrutarlo en todo su esplendor. Se sentaba en sala prensa bromeando sobre el tamaño de la Txapela que le parecía, por grande, que estaba hecha a la medida de Aimar. «El el 21 veía opciones de ganar», respondió sin ironía al ser preguntado cuándo se vió campeón. «Incluso en el 13-20 lo veía difícil», dijo, advirtiendo de quién era su rival. Quizá por eso mismo reconocía que el propio tanto 21 le se hizo «muy duro».

El de Amezketa asumió que ninguno de los finalistas había dado lo mejor de sí. «Los dos no hemos jugado bien, estábamos tensos al principio, nos costaba gozar la pelota, buscar los ángulos. Ha sido duro al principio, yo no me encontraba bien, pero esos tantos duros te hacen meterte al partido». A partir de ahí, el nuevo campeón del Manomanista destacó también que «hay jugadas claves, Aimar no regala nada y en esos tantos el 13-15 he hecho el más importante. Ha sido esa volea de dos paredes», una jugada que «me ha ayudado a coger el saque y a jugar bien». Sobre esos momentos en que ambos se estorbaban, lo achacó a que «los dos íbamos a darle velocidad, quieres anticiparte, no estorbar, pero tampoco perder el sitio en el tanto. No es solo darle a la pelota, hay que entrar de aire y evitar que él entre de aire, bajar la pelota», explicaba.

En cualquier caso, y pese a reconocer que ambos habían estado por debajo de sus mejores actuaciones, Altuna dejó patente que «he hecho una grandísima final y estoy contento». Feliz porque, siente, esta Txapela le permite «entrar en la historia» de la pelota. Un entorchado que se lo dedicó a su familia, compañera, aficionados de Amezketa y otros rincones y, especialmente, a su entrenador, David Domínguez. J.V.