Rubén Unanua Ruiz
Presidente de la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social
KOLABORAZIOA

Sin lugar para las más vulnerables, las más expuestas

La semana pasada se cerró la fase de aportaciones para la modificación de la Cartera de Servicios que está llevando a cabo Gobierno de Navarra. Durante las últimas semanas las entidades hemos trabajado en estas mejoras desde la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social y hemos detectado la urgente necesidad de dotar a la Cartera de recursos que protejan a todas las mujeres que sufren violencia de género sin excepción.

Dentro de las situaciones de emergencia, las que sufren algunas mujeres víctimas de violencia de género son especialmente graves. En Navarra existen una serie de recursos de atención a estas mujeres, las cuales pueden acceder a estos espacios seguros que les permiten comenzar un proceso, la mayoría de las ocasiones complicado, pero que les abre puertas al futuro. Pero una pequeña proporción de estas mujeres se encuentran desprotegidas por ser personas dependientes de algún tipo de sustancia, por enfermedades de salud mental graves o por ambas circunstancias en el peor de los casos. En ocasiones pueden tener el problema previamente al padecimiento de la violencia y en ocasiones les puede sobrevenir como una consecuencia más o menos directa.

Al encontrarse en esta adversa situación, no pueden ser atendidas, actualmente, en los recursos existentes para tal fin, ya sea por una cuestión de eficacia o por no ser los espacios adecuados por la presencia de menores. Es evidente ante este argumento que no es el espacio idóneo, sin embargo, ese no debe ser motivo para dejarlas en situación de desprotección, se les debería ofrecer un lugar protegido con las mismas garantías y facilitarles un espacio adecuado donde poder rehacer sus vidas.

La primera consecuencia de no poder ser atendidas en estos recursos es la criminalización que sienten, perciben que no se les ayuda porque son «malas mujeres», un doloroso estigma social con el que se les marca siendo además víctima de una violencia tan atroz e injusta. En segundo lugar, estas mujeres en situación de desprotección acaban en situaciones de calle o alojadas en albergues temporales (90% población masculina), muy expuestas y con serias posibilidades de seguir padeciendo violencia de género, por los anteriores o nuevos agresores. No dejemos a las mujeres más vulnerables, más expuestas; no es justo, no está bien. Protejámoslas sin excepción.