Dos regatas para una bandera
A lo que pase en el agua se le une la impugnación presentada por Urdaibai al ser desestimado su recurso por el comité de competición.

La edición número 123 de la Bandera de La Concha será recordada por la polémica y, con un poco de suerte, por haberse visto grandes regatas. Por ello, lo que vaya a suceder este mediodía en la bahía donostiarra habrá que tenerlo muy en cuenta, pero sin olvidar que los tribunales también pueden jugar su parte en este embrollo. Por una parte, hay 86 centésimas en favor de Zierbena sobre Hondarribia, que opta a ganar su primer entorchado en la regata más importante, al tiempo que Urdaibai presentaba la noche del viernes una impugnación a la regata después de que el comité de competición desestimara su recurso contra la sanción recibida el pasado domingo.
La jornada de hoy –al menos en categoría masculina– arranca a sabiendas de que Urdaibai impugnará el resultado final, algo que se conocía el viernes a la noche mediante un escrito remitido por el club de Bermeo a la organización, Donostia Kultura Festak. Si prosperase su denuncia, podría ser que los tribunales decidieran sobre la identidad del vencedor final. Esa es la primera regata que se va a disputar, aunque sea en seco.
La que se dirimirá en la mar, en principio, será otra cosa. Zierbena aspira a ser el decimoctavo club en ondear el trapo más preciado del año, aunque enfrente tendrá a una Hondarribia que, por mucho que haya aprovechado para vestir con piel de cordero, lleva una temporada bien notable, empezando por su segunda plaza en la Liga Eusko Label, y se halla a solo 86 centésimas. «Si nosotros damos nuestro mejor nivel, estaremos cerca de la bandera», opinaba en ese sentido el remero de la «Ama Guadalupekoa» Gonzalo Carrión. Santurtzi y Cabo conformarán una tanda de honor sorprendente.
Olas de un metro
Por su parte, la regata femenina, que vive ajena a esta polémica, entre Náutica de Ribeira –forma correcta del topónimo– y Pasai Donibane se debate en un margen de seis segundos, con Orio en tercera plaza a un segundo de las coruñesas.
«Con una empopadita, seis segundos se recortan como nada», aventuraba la remera galaica Antía Pazos, sabedora que este mediodía habrá viento del noreste con fuerza dos o tres, que originará olas de un metro.
Vicky Piñeiro, de «Batelerak», considera que la renta de seis segundos «es importante», pero también apostillaba que «nada está ganado». Ojalá sea la mar donde todo se decida.

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