GARA
Brunswick
JUICIO CONTRA VOLKSWAGEN EN ALEMANIA

Los accionistas de VW quieren «recuperar» 9.512 millones de euros

En este proceso no se pone en duda la culpabilidad de Volkswagen en el trucaje de los motores diésel. Lo que debe dilucidar el tribunal de Brunswick es si los accionistas de la multinacional alemana sufrieron pérdidas al no ser informados desde el primer momento de las posibles consecuencias de un escándalo que supuso su caída en bolsa.

Tres años después de que el escándalo saltara a la opinión pública, Volkswagen se enfrenta desde ayer a su primer gran juicio en Alemania por el caso del software que alteraba los resultados de las pruebas de emisiones de gases de vehículos con motor diésel, el “dieselgate”.

La Audiencia Territorial de Brunswick (Baja Sajonia) tendrá que determinar si la corporación debería haber informado antes a los mercados financieros del engaño para evitar pérdidas a sus accionistas, quienes reclaman 11.000 millones de dólares (9.512 millones de euros al cambio actual) en concepto de indemnizaciones por daños y perjuicios.

Este juicio no resolverá cada una de las 3.560 demandas individuales presentadas, sino que debe responder a unas 200 cuestiones comunes a estos dosieres siguiendo un «procedimiento modelo» propio del derecho alemán (similar a una demanda colectiva). El tribunal ha establecido trece vistas hasta finales de este año.

Los inversores –representados por Deka, el fondo de inversiones de las cajas de ahorro alemanas, como el “demandante principal”– buscan de esta forma una compensación por una caída en el precio de los títulos de Volkswagen provocada por el escándalo, que salió a la luz en 2015 y le ha costado a la firma 27.400 millones de euros en multas y llamadas a revisión de vehículos hasta la fecha.

Cuestión temporal

La dirección de VW ha admitido el fraude sistemático en las emisiones de sus vehículos, pero niega haber cometido un error en materia de divulgación de información. «Esta demanda es única y exclusivamente sobre si Volkswagen cumplió con sus obligaciones de divulgación con los accionistas y los mercados financieros», señaló en un comunicado la parte demandada.

Por el contrario, los abogados de Deka sostienen que la dirección estaba al corriente del fraude y debía haberlo revelado entre 2008 –cuando el software del trucaje fue puesto en marcha– y setiembre de 2015.

El escándalo estalló el 18 de setiembre de 2015, viernes, y cuando las bolsas abrieron el lunes siguiente, 21 de setiembre, el valor de las acciones de VW cayó en picado, hasta perder un 40% en solo dos jornadas de negociaciones bursátiles.

«Quiero recuperar lo que he perdido», indicaba ayer a AFP Hartmut Bleumer, que a principios de 2015 invirtió en VW 10.000 euros.

Al otro lado del banquillo instalado en una sala municipal de Brunswick porque el juzgado se quedaba pequeño ante el número de demandantes y de curiosos quieren seguir la vista en directo, los letrados del mayor fabricante de automóviles del mundo afirman que la iniciativa del fraude recae en un puñado de ingenieros que actuó sin el conocimiento de sus superiores. Y añaden que, una vez alertada por las autoridades de EEUU, la dirección no acertó al estimar la amplitud que alcanzaría el caso.

El papel de Martin Winterkorn, ingeniero de oficio y patrón de Volkswagen entre 2007 y 2015, que se vanagloriaba de conocer «cada pieza» de todos sus modelos, debería ser analizada especialmente.

En 2016, VW indicó que su expatrón fue puesto al corriente de las irregularidades en los niveles de emisiones registradas en EEUU por un memorándum de mayo de 2014, sin especificar si Winterkorn lo había leído.

Ayer, durante la primera audiencia, el tribunal señaló que el inicio de la investigación en Estados Unidos, en la primavera de 2014, «habría podido» justificar una comunicación por parte de la dirección de VW, punto que promete un agrio debate entre ambas partes.

Por otro lado, los magistrados han estimado que a priori los hechos anteriores a mediados de 2012 han prescrito, un elemento «positivo» a los ojos del abogado de VW Markus Pfüller.

Cascada de procesos

El juicio de Brunswick no es, ni mucho menos, el único proceso en curso en el marco del dieselgate, escándalo en el que también están implicados otros constructores de automóviles. Varias fiscalías alemanas han abierto investigaciones por fraude, manipulación de mercados o publicidad engañosa contra empleados de Volkswagen, así como de sus marcas Audi y Porsche, de Daimler (propietario de Mercedes-Benz y Smart, entre otras marcas) y del suministrador de equipos Bosch.

Rupert Stadler, patrón de Audi, continúa en detención preventiva tras haber sido arrestado el pasado 18 de junio como sospechoso de «fraude» y de complicidad en la «emisión de certificados falsos».

Solo la investigación de la Fiscalía de Brunswick, que es competente en esta región en la que se ubica la ciudad de Wolfsbourg, sede principal de VW, afecta a más de 40 personas.

Más allá de las responsabilidades individuales, Volkswagen ha sido multada con 1.000 millones de euros por el mismo tribunal por sus «incumplimiento del deber de supervisión», la única incriminación penal susceptible de ser imputada a una empresa.

En EEUU, donde Volkswagen se confesó culpable por fraude y obstrucción a la justicia, ocho antiguos y actuales dirigentes de la compañía, entre ellos Winterkorn, han sido inculpados, sobre todo por «fraude» y «conspiración». Un dirigente de Audi también ha sido procesado. De estas nueve personas, dos ya han sido condenadas.

Cronología de un escándalo que nació en Volkswagen

He aquí los principales acontecimientos del escándalo de los motores diésel trucados por Volkswagen, que ha salpicado a todo el sector del automóvil y cuyo origen se remonta más de diez años atrás.

2006:

Volkswagen lanza su proyecto de motor adaptado a las normas anticontaminación de Estados Unidos, más estrictas que en Europa.

2007:

Ante el fracaso del proyecto, algunos «empleados» desarrollan un software para salvar los test de contaminación, según declaraciones posteriores de VW ante la Justicia estadounidense.

2014:

Un estudio estadounidense mide niveles de emisión hasta 40 veces superiores a los autorizados. Las autoridades exigen explicaciones a VW, que no admite el fraude.

2015:

18 setiembre: La Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) acusa a VW de haber violado la legislación anticontaminación con la ayuda de un software capaz de trampear los controles sobre las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).

21 setiembre: El valor de las acciones de Volkswagen cae un 20%.

22-23 setiembre: VW admite haber equipado con un software fraudulento 11 millones de vehículos en el mundo; su patrón, Martin Winterkorn, dimite y la Justicia alemana abre una investigación penal. Las acciones caen un 40% respecto a su valor del 18 de setiembre.

15 octubre: La agencia del automóvil alemana ordena a Volkswagen llamar a revisión a 2,4 millones de vehículos. El grupo extiende la medida al conjunto de 8,5 millones de coches afectados en Europa.

2016:

22 abril: Por primera vez en 20 años, Volkswagen presenta pérdidas anuales.

28 junio: VW acepta desembolsar 14.700 millones de dólares para indemnizar a sus clientes estadounidenses, abriendo la vía a una posible recompra de unos 480.000 automóviles.

29 julio: Una comisión de expertos francesa que ha probado 85 vehículos diésel detecta «anomalías» en un tercio de los casos y no excluye el uso de softwares falsificadores por parte de otros fabricantes.

6 noviembre: La investigación alemana por manipulación del mercado contra Winterkorn y el director de la marca VW, Herbert Diess, es ampliada al jefe del consejo de supervisión del grupo, Hans Dieter Pötsch.

2017:

11 enero: En EEUU, Volkswagen se declara culpable de fraude y obstrucción a la justicia.

1 febrero: Bosch acepta pagar más de 300 millones de dólares en concepto de compensación en EEUU pero no admite su culpabilidad.

25 agosto: Un antiguo ingeniero de VW, James Liang, es condenado en EEUU a 40 meses de cárcel.

6 diciembre: Oliver Schmidt, un exdirigente de VW, es condenado a siete años de prisión por un tribunal estadounidense.

2018:

23 febrero: BMW reconoce haber equipado «por error» vehículos diésel con un software no conforme para medir los gases de escape. El grupo de Munich, que siempre ha negado tajantemente haber realizado fraude, llama a revisión a 11.700 vehículos en todo el mundo.

23 febrero: VW anuncia que ha vuelto a números positivos en 2017 con beneficios récords.

27 febrero: La Justicia alemana da luz verde a prohibir que los viejos coches diésel circulen por las ciudades.

20 abril: Un alto responsable de Porsche, la casa matriz de VW, en detención preventiva en Alemania.

3 mayo: Las autoridades de Estados Unidos presentan demanda contra Martin Winterkorn, el antiguo CEO de Volkswagen, y otros cinco dirigentes del grupo.

18 junio: El patrón de Audi, Rupert Stadler, en detención preventiva como sospechoso de «fraude» y complicidad en «emisión de falsos certificados».