&¿Qué le ha llevado a asistir al juicio por la muerte de Iñigo?

Nosotros constituimos una asociación en Barcelona que se llama “Stop bales de goma” porque en muy poco tiempo los Mossos d’Escuadra dejaron tuertas a siete personas. Hicimos la asociación para darnos apoyo entre nosotros a nivel humano y emocional, y somos conscientes de lo que implica la represión de la Brigada Móvil de los Mossos. Cuando ocurrió el caso de Iñigo nos pusimos en contacto inmediatamente con la plataforma de allegados que se creó, y desde entonces hemos estado vinculados con las campañas de «Iñigo Gogoan» y con la familia. Siempre que hemos podido les hemos mostrado nuestro apoyo para que sintieran que estamos con ellos.

¿Qué ha sentido en la sesión?

Te deja tocado. Fina y Manu tienen que estar pasándolo fatal, es revivir lo ocurrido testigo a testigo. Hoy ha quedado claro el panorama general de lo que se vivió aquella noche. Cada testigo aporta su matiz, pero la escena que se desarrolla está clara, el salvajismo policial de llegar a un sitio donde no hay ningún altercado e ir a por todas. Sientes el miedo del momento, la tensión, la desesperación de la chica que no puede hacer nada para socorrer a Iñigo. Eso te golpea muchísimo. Nosotros nos damos apoyo unos a otros, pero al final estamos vivos. Aquí la situación tiene unas dimensiones que son completamente distintas, Iñigo está muerto.

En la primera sesión varios de los ertzainas acusados dijeron desconocer el alcance letal de las pelotas. ¿Qué opina? ¿Resulta creíble esta afirmación?

Esto no resulta creíble. En Euskal Herria hay varios muertos por pelotas de goma, y en otros puntos del Estado también. Nosotros llevamos años diciendo que estas pelotas son letales, que están prohibidas en otros países. Nosotros hicimos un informe que se puede encontrar en la web de la plataforma – stopbalesdegoma.org– y allí se hallan todos los datos técnicos, porque existen. No es verdad que no supieran la capacidad letal que tienen. Ellos, además, deberían tener trucada la bocacha para que la bala salga a una velocidad determinada, para que no sea letal, pero las pruebas que se han hecho a Mossos, Policía Nacional y Ertzaintza demuestran que las pelotas salen a una velocidad que hacen que ese proyectil sea mortal, sobre todo dependiendo de la distancia y de hacia dónde apunta.

Usted perdió un ojo de un pelotazo. ¿Su caso llegó a juicio?

Sí, mi caso llegó a juicio, estuve catorce años litigando en el Estado español, en todas las instancias por las que se puede pasar, hasta que el Tribunal Constitucional tumbó la demanda. Luego acudí al Tribunal de Estrasburgo, que tampoco aceptó mi reclamación. He estado prácticamente 16 años litigando. Mi percepción de cómo van estos juicios, teniendo además la experiencia de todos los que hemos estado llevando en Catalunya, es que no hay justicia. La estrategia de la defensa es clara: imposibilidad de reconocer al autor material del tiro. Y luego a nivel político ya hemos visto que no hay intención alguna de reconocer ningún tipo de responsabilidad por estos hechos, no se ha movido nada. Nosotros como asociación tenemos claro que esta es una actuación que goza de total impunidad, a nivel judicial y a nivel político. La sensación de desamparo que tienen que estar sintiendo los amigos y familiares es total y absoluta.