Itziar Ziga
Escritora y feminista
JO PUNTUA

Pam Grier que estás en la tierra

No importa todas las películas que le queden por hacer a Tarantino, mi favorita siempre será “Jackie Brown”. El cartel donde apunta al frente con una pistola coronó mi cama durante los años en que yo me estaba haciendo fuerte, abierta al mundo y a mi propia vulnerabilidad. Aquella azafata de vuelo negra y cincuentona al borde del abismo se la juega al mafioso y a la policía, coge la pasta y se larga. Había también un buen tipo, se gustaban, pero él no era tan aventurero. Jackie se fue sola.

En la última imagen que tenemos de ella va conduciendo con cierta zozobra en los ojos. Veintiún años después, esa brava mujer que encarnó a Jackie Brown llamada Pam Grier, ha rematado la película. «¿Quieres escuchar mi final? Nos damos un beso agradable, un segundo beso y un abrazo, y él deja que todas las llamadas telefónicas vayan al contestador. Ya se encargará de ellos más tarde. Max apaga las luces, toma las llaves, viene conmigo, se sube al auto. Me voy y, de repente, se convierte en un brasas que no se calla, muy molesto. Doy la vuelta a la esquina, lo dejo y salgo de allí pitando».

Ahora Pam Grier está ultimando el relato cinematográfico de su vida. La estrella del blaxploitation y de las pelis de cárceles de mujeres tiene una vida mil veces más trepidante que ninguna heroína a las que ha interpretado. Esta historia suya no deja de maravillarme. Con seis años, fue violada. «Mis tías y mi madre hubieran cazado a esos chicos, lo que habría destruido mi familia. Decidí callarme, salvar a los míos y convertí aquella rabia en energía. Con los papeles fuertes que interpreté exorcicé mi dolor interior. Aunque siempre queda algo». Las mujeres no tenemos otro remedio que manejarnos en un mundo construido sexualmente contra nosotras y hubo una niña que fue más lista que el patriarcado. Ha habido muchísimas, aunque no nos hayan llegado. Siempre me has enaltecido, Pam Grier. Ahora sé por qué.