Arnaitz GORRITI
KIROLBET BASKONIA

Triunfo por el coraje gasteiztarra y las calamidades del Joventut

Sin Voigtmann, los de Perasovic llegaron a irse 53-64 hasta que llegó la reacción verdinegra. Decidió un humilde tiro libre de Poirier.

JOVENTUT 67

KIROLBET BASKONIA 68

 

Es muy difícil explicar la victoria de Kirolbet Baskonia en la cancha del Joventut. Los gasteiztarras llegaban lastrados por la baja de Voigtmann por gripe y durante el partido se fueron repitiendo diversos sustos por golpes y torceduras en Janning, Shavon Shields, Poirier y hasta Huertas, sin que nadie causara baja, por suerte. Quizá ese coraje, ese querer seguir adelante pese a todo, fuera la clave del triunfo baskonista, personificado en Poirier, autor del tiro libre ganador a falta de nueve segundos, siendo aquel su único punto en todo el partido.

También hay que reconocer, empero, que el Joventut puso mucho de su parte en favor de la victoria gasteiztarra. Una contribución que se puede explicar con la última jugada del partido. Después de que Poirier errara su segundo tiro libre, Laprovittola acometió los nueve segundos restantes del partido amasando la bola y para sorpresa de propios y extraños, cedió el lanzamiento final para que Marko Todorovic buscara un triple. El ex de Bilbao Basket tiene muchas virtudes, pero el tiro exterior no está entre ellas. Por ende, su lanzamiento salió escupido del aro, llevándose así el Baskonia un triunfo tan merecido como casi inesperado.

Una victoria muy merecida

Lo que ocurrió en los cuatro minutos finales, cuando entre Dawson, Laprovittola y Todorovic encadenaron un parcial de 14-3 para poner el empate a 67, fue una película distanta. Mirando a lo sucedido en los primeros 36 minutos, el triunfo gasteiztarra fue merecido como pocos esta campaña.

Ante un rival que por momentos pareció darle igual ganar o perder, los gasteiztarras, pese a disponer de muy pocas energías tras su tremendo esfuerzo del viernes en la Euroliga, dominaron el partido. Shields y Vildoza cimentaron el triunfo a golpe de triple y a golpe de mover mejor el balón que su rival. Y es que la Penya se perdía en una maraña de posesiones regaladas, triples que ni rozaban el aro y esperpénticas jugadas en las que la desesperante lentitud de Laprovittola y Todorovic quedaba en evidencia. Los verdinegros se agarraban únicamente al rebote, sabedores de que los interiores baskonistas estaban muy justos de combustible, especialmente Poirier, amén de los sustos ya relatados que, para más inri, limitaban a los de Perasovic.

Así, el Baskonia llegaba al descanso ganando por un exiguo 25-27, para ir aumentando su brecha a un 46-49 al final del tercer cuarto y un 53-64 casi definitivo mediado el período final, con el aditivo de la «habitual» irrupción de Hilliard.

Fue entonces cuando la Penya espabiló y al Baskonia le faltó el resuello. No fue capaz ni de parar en falta el último ataque verdinegro, pero el Joventut le acabó regalando el triunfo.