El «gran debate nacional» puesto en marcha ayer, que ha sido diseñado por el Gobierno de Emmanuel Macron, se desarrollará a través de distintos canales y se prolongará hasta mediados de marzo.

El esquema oficial incluye «reuniones de iniciativa local» –dinamizadas por los ayuntamientos, en la mayoría de los casos–. Estas tendrán carácter público y se permitirá a cada participante «debatir, hacerse escuchar y convencer», como se recogía en el comunicado difundido el lunes por Matignon.

En el portal digital preparado por el Ejecutivo se pondrá a disposición de quienes deseen organizar uno de estos debates un kit metodológico, con fichas sobre los cuatro grandes temas planteados.

En una segunda fase, a partir del próximo lunes, 21 de enero, la ciudadanía podrá hacer sus contribuciones en la red (granddebat.fr) o por correo (en la dirección Mission Grand Débat – 244, bd Saint-Germain, 75007 Paris).

Además, se instalarán «estands de proximidad en lugares de paso cotidiano» para recoger aportaciones.

A partir del 1 de marzo se pasará al segundo nivel territorial, ya que «se organizarán conferencias ciudadanas regionales, que reunirán a franceses elegidos en sorteo en cada región y a representantes de las diferentes partes interesadas (en el proceso de debate)». Estas personas podrán opinar sobre las propuestas que surjan en las primeras semanas, alimentando a su vez la reflexión para el seguimiento que se hará después.

Como también se anunció el lunes, una misión interministerial se encargará de «organizar la logística del gran debate y se pondrá a disposición de todos aquellos que deseen participar en su organización». La ministra de la Transición Ecológica, Emmanuelle Wargon, y el de Colectividades Territoriales, Sébastien Lecornu, han sido los designados para dinamizar el proceso. Ayer mismo, Wargon se reunió con varios «chalecos amarillos» de Normandía en el ayuntamiento de Grand Bourgtheroulde.