La nueva cosecha, presentada ayer coincidiendo con la celebración del Txakolin Eguna, ha logrado sortear un «año meteorológico complicado», ya que finalmente se consiguió una «uva de calidad» y un caldo que tendrá una graduación media mayor de la habitual, que se sitúa en los 11,5 grados.

Las continuas precipitaciones caídas hasta prácticamente finales de junio complicaron el cuajado de la flor, mientras que los días de alta humedad y poco despejados del verano, especialmente del mes de julio, propiciaron la aparición de enfermedades en la viña, sobre todo del mildiu, que se atajaron por la «profesionalidad del sector», según precisaron desde la Denominación de Origen en un comunicado del que se hizo eco la agencia Efe.

No obstante, un otoño seco, con un setiembre prácticamente sin lluvias y con días despejados, hizo que la vendimia se realizara de «forma tranquila y escalonada», y que el resultado final fuera una uva de calidad.

El descenso de la producción ha llegado acompañado de un incremento de las ventas, que aumentaron un 2,5% en 2018. Además de Gipuzkoa, los principales mercados volvieron a ser Araba y Bizkaia (los tres territorios acaparan el 80%), destacando también Madrid y Barcelona.

El 10% de la producción se dedica a la exportación fuera del Estado, especialmente a EEUU (65%), países nórdicos (15%), Estado francés (10%), Gran Bretaña (5%) y Japón (5%).

Del blanco al rosado

Esta denominación de origen, reconocida por el Gobierno de Lakua en 1989 –hace ya treinta años–, ha contado en la última cosecha con 33 bodegas inscritas, todas ellas guipuzcoanas. En concreto, están ubicadas en los municipios de Aia, Alkiza, Arrasate, Beizama, Deba, Getaria, Mutriku, Hondarribia, Oiartzun, Olaberria, Oñati, Orio, Villabona y Zarautz.

En la jornada que albergó ayer Getaria estuvieron presentes 23 bodegas, que dieron a degustar cerca de 1.500 botellas. Jakitea Elkartea recibió el título de Mahasti Jaun 2019 de manos del diputado general, Markel Olano.

El Txakoli de Getaria se elabora mayormente como blanco. La producción de rosado, el 10% del total, ha crecido en los últimos años, principalmente para su consumo en mercados como los de EEUU y Gran Bretaña.