Raimundo Fitero
DE REOJO

Prisma

Antes era el color del cristal con que se miraba, pero ya estamos en otra fase, y se trata del prisma sobre el que de decodifica la señal lumínica que transforma los colores básicos en percepciones éticas y filosóficas de la realidad aplicada a la circunstancia social en la que se produce. Así es hasta que llega al dominio de Zipi y Zape y entonces todo es vulgaridad, pedradas a la memoria y fachada que se desmorona por la abrasión de la mentira y el pregrabado incorporado al disco blando de su hueca inconsistencia.

Ando a ratos mirando, y sobre todo escuchando, a los intervinientes del juicio del TS y hasta el momento me quedo con un concepto jurídico pretroglodita: dice el fiscal que los acusados organizaron muros de personas para lanzarse sobre las fuerzas del orden público. Dicho con solemnidad parece un argumento, pero es una gilipollez inconmensurable. Traducido a cualquier idioma europeo significa que cuando lleguen los recursos pedirán las autoridades la dirección del frenopático donde habita el fiscal tan deteriorado en su capacidad intelectual. Eso sí, la retórica casa muy bien con las puñetas.

Hoy se sabrá si hay elecciones, cuándo, cómo y veremos que casi todo se va reajustando para que alguien sea capaz de orientarse por estos laberintos. En los platós de televisión no existe control. Hoy mitineas y mañana eres equidistante. ¿Cuántas papeletas puede un votante tipo discernir sin necesidad de tutorial refrito de su cuñado y sin votar dos veces en una de las urnas? Esas personas que votan a uno en su ayuntamiento, a otro en la Diputación, otro para Europa, para Madrid consultan con mi prima de la biblioteca y para el Parlamento miran la cuenta corriente, ¿cómo se pueden organizar sin accidentes si sucede todo en la misma cola, el mismo espacio y tiempo?