Curro VELAZQUEZ GAZTELU
Elkarrizketa
ANTONIO REYES
CANTAOR FLAMENCO

«Lo que yo hago es flamenco en su sentido más estricto»

Antonio Reyes Montoya (Chiclana de la Frontera, 1976), es un cantaor de la escuela natural. Todo lo que sabe lo ha aprendido de los suyos, en el regazo de su madre y de la mano de su padre. Un cante sin concesiones, directo al alma, sin aspavientos. Proviene de una dinastía con un ADN muy particular, por parte de madre con Roque Montoya «Jarrito» y por parte de paterna con el gran «Pansequito».

Este viernes estará en el Teatro de Barakaldo y el sábado en el Ibáñez de Matauko de Gasteiz, con el espectáculo, “De Jerez a los Puertos”, que junto a los jerezanos Jesús Méndez a la voz y Manuel Parrilla a la guitarra, hará cada uno un repaso por los cantes genuinos de su tierra. Coincidirán en el escenario para compartir una ronda de Martinetes, una de Fandangos y un fin de fiesta por Bulerías.

Usted ha sido un cantaor con un amplio repertorio de premios en distintas modalidades de cantes dentro del flamenco. ¿Cree que esto supone un trampolín a la carrera individual de cada uno?

Yo creo que sí, siempre ayuda. En mi caso, el que haya ganado distintos premios en los mejores concursos de cante flamenco, me ha servido para poder alcanzar metas. Antes de ganar el concurso de Córdoba, que es uno de los más importantes, cantaba para el baile, que es un concepto diferente a cantar solo con la guitarra. Sí es cierto que desde pequeño empecé cantando solo, aunque luego desemboqué en el baile. Más tarde volví a cantar en solitario. No cabe la menor duda de que los premios sirven.

¿Cree que es buena escuela empezar a cantar para el baile, antes de lanzarse a bailar en solitario?

Sí, te ayuda en muchas cosas. Te ayuda a captar el ritmo. Desde mi punto de vista, no es bueno acostumbrarse, pero forma parte, en algunos casos, en la evolución natural del artista. Aunque no se debería siempre estar atrás, o cantando para el baile.

Antonio Reyes, es un cantaor nacido y criado en la Bahía gaditana, concretamente en Chiclana de la Frontera. ¿Qué ha aportado esta localidad al flamenco?

En Chiclana ha habido mucha gente que ha cantado muy bien, lo que pasa que en flamenco, no todos los que cantan bien, se hacen profesionales. Esto es algo que se da mucho. Hay mucha gente del pueblo, trabajadores, gente de a pie, que tiene muchas facultades, tanto en el cante, toque o baile, pero no se ha dedicado profesionalmente a ello. Aquí ha habido y hay muchos gitanos con muchas facultades. No podemos olvidar al cantaor Rancapino y su familia, que han creado escuela y mismamente mis propuestas, que estamos influidos por los cantes de Cádiz, los Puertos y su bahía. Son estos cantes y este aire en el que yo me siento pleno, ya que mis influencias son evidentes.

Los cantes de la Bahía de Cádiz, nada tienen que ver con los cantes de Jerez, o de Lebrija o Triana. Sin embargo, los aires que en Chiclana se dan son tirando a Cádiz. El mar es lo que nos une. Nuestros cantes son más dulces, que no quiere decir que son mejores ni peores que los de otro lugar. En Cádiz y los Puertos se canta de una manera especial y Chiclana está dentro de estos límites.

Vemos sin embargo como uno de los tocaores que mejor sabe acompañarle es el jerezano Diego del Morao, por tanto, ¿cómo se siente más cómodo, con la idiosincrasia y la forma de entender el flamenco de Jerez o de la Bahía?

Yo me siento muy cómodo con los cantes de la Bahía, pero también aprendo mucho de la forma de concebir el flamenco y el cante como lo hacen en Jerez. Me fijo mucho en ellos. Sin embargo en los cantes por Seguiriyas, me acerco más a como lo hacen en Jerez que a como se hace en Cádiz y sus Puertos.

Vemos como hoy en día, muchas voces flamencas, optan por una vía comercial fácil, donde priman más todo este compendio de cantes festeros, algo que las multinacionales lo exigen ya que saben que va a ser más vendible. Sin embargo, Antonio Reyes, teniendo facultades para ello, opta por el cante ortodoxo, ¿a qué se debe?

Desde muy pequeño, mi padre y maestro me ha inculcado lo que son los cantes tradicionales y ortodoxos.

Como buen alumno, he seguido sus consejos y creo que le va como anillo al dedo a mi tesitura, y como ello le rueda bien a mi carrera, no me ha hecho falta el hacer flamenco fuera de los cánones para vivir de ello. Así que estoy bien así, pero tampoco estoy cerrado a propuestas nuevas, por supuesto respetando la raíz y las fuentes originarias. Soy de la opinión de que se puede hacer una rumba o una sevillana (cantes que no se consideran grandes) y sonar flamenco. Claro, yo no podría hacer una sevillana, por ejemplo, sin sonar flamenco, porque lo que yo hago es flamenco en su sentido más estricto. Para mí es el intérprete el que hace un cante grande o chico, no el cante en sí.

¿Qué le aporta la guitarra de Diego del Morao?

Diego me aporta muchas cosas, la musicalidad y la flamencura que tiene es algo evidente. Es un músico con una mente siempre pendiente de ideas y conceptos nuevos. Como persona es extraordinario. Tiene muy buen humor, algo imprescindible para estar encima de los escenarios. Es un genio de la guitarra y sin duda de los más importantes de la actualidad.

¿De qué cantaores ha bebido y sigue bebiendo?

Pues de los grandes de siempre: Tomás Pavón, Camarón, Terremoto, Juanito Mojama, Manuel Torres, Antonio Chacón. En fin, una baraja interminable.

¿Qué salud cree usted que tiene hoy en día el flamenco?

El flamenco está en uno de los mejores momentos de su historia. Hoy en día hay una serie de jóvenes cantaores, tocaores y bailaores con un muy buen nivel. El flamenco goza de muy buena salud. Siempre se dice que las épocas anteriores son mejores que las actuales, pero yo creo que hoy en día hay una gran e indudable profesionalidad, habiendo una decena de cantaores que quedarán para la historia.

¿En qué proyectos anda metido actualmente?

Estoy terminando mi último disco en los estudios La Bodega de Jerez, que pronto saldrá a la luz, junto al guitarra Diego del Morao. En este momento estamos decidiendo qué título ponerle. Y con muchas propuestas para festivales de verano y sobre todo eso, que no falte el trabajo. (risas)