EIBAR 1

VALLADOLID 2

El Eibar se va al parón de morros. Se las prometía felices, a un pasito de la permanencia y recibiendo a un Valladolid en horas bajísimas, pero echó el freno a una trayectoria que parecía llevarle de cabeza a asegurar su sexta temporada consecutiva en Primera División.

Un frenazo que comenzó en el césped, con uno de los peores partidos que se le recuerdan al equipo azulgrana esta temporada, al menos en su estadio. Y que culminó en el marcador y en la forma en que se decidió el partido. Porque tras haber sido capaz de al menos aprovechar una de sus escasas ocasiones para macar, el Eibar no pudo después mantener su ventaja ante el equipo con menos puntería de la categoría. El Valladolid marcó dos goles en el descuento, condenando a los eibarreses a encajar su primera derrota en Ipurua desde que el Sevilla se llevara los tres puntos allá por septiembre.

Recuperando a Cucurella y Enrich, el Eibar saltaba al campo con el once de «gala» –si vale la expresión en un equipo que ha utilizado 25 alineaciones en 28 jornadas–. Poco se notó. Sobre todo porque le faltó intensidad. Se encontró, además, con un rival aplicado que supo cerrar sus bandas y puso especial énfasis en frenar a Orellana, taponado por Nacho y Óscar Plano. Peor aún, los balones largos en busca de Guardiola le permitieron plantarse en el área de Dmitrovic con bastante más peligro del que era capaz de crear el Eibar.

Con todo, los armeros tuvieron su momento de inspiración. Fue a la vuelta de vestuarios, con una acción conjunta que Orellana, también en su origen, acabó convirtiendo en el 1-0. Poco más se podía pedir en un partido tan flojo. Bueno sí, que el Eibar hubiera sido, al menos, capaz de, si no apuntillar, sí frustrar a un equipo tan necesitado y con tan poca pólvora como el blanquivioleta.

Pero el Valladolid le echó ganas. Y supo cómo hacer daño a un rival irreconocible ayer. VAR mediante –y con polémica porque la jugada pareció nacer en fuera de juego–, Verde empató de penalti en el 90. Solo dos minutos después, Guardiola silenciaba Ipurua con un contragolpe letal.

Mendilibar: «No somos un equipo para controlar partidos»

«Todo nos ha salido mal», lamentó José Luis Mendilibar tras encajar la derrota «más dura del año».

Aunque a su equipo le faltó «ritmo, juego» desde el primer tiempo, tuvo el acierto de ponerse por delante. Pero aún así los puntos volaron. En este sentido, admitía que «no somos un equipo para controlar el partido. Cuando marcamos un gol vamos a por el segundo, no sabemos esperar a ver si sale un contragolpe».

Quiso descargar de responsabilidad a sus defensas –sobre todo a Cote, que acabó «muy jodido» por el error del segundo gol–, recordando que «yo soy el primero que les manda subir» y recordó que el centro del campo tampoco estuvo «bien».

A.U.L.