Tras seis temporadas participando en el Campeonato del Mundo, el equipo de motociclismo Baiko Racing Team ha decidido bajar un peldaño en el escalafón para poder seguir com- pitiendo. Concretamente lo hará en el denominado FIM CEV International Championship, conocido coloquialmente como el “Europeo” de velocidad, una competición que arranca ya este próximo fin de semana en el circuito de Estoril, en Portugal.

Se trata de la antigua CEV, Campeonato de España de Velocidad, que también ha sufrido sus cambios para convertirse en una competición ampliada. Además de Estoril, el calendario de la temporada lo componen los circuitos de Valencia, Le Mans, Barcelona, Aragón, Albacete y Xerez. En cualquier caso, en Baiko confían en recibir alguna de las invitaciones que se reparten para correr alguna prueba del Mundial.

En el acto de presentación oficial celebrado ayer en el restaurante Karlos Argiñano, el propio cocinero y promotor del proyecto explicó que el Mundial «es muy caro» y añadió que «han sido seis años en los que hemos disfrutado mucho. Hemos ganado carreras con Folger, hemos subido al podio, pero los costes son muy altos. El Europeo es más asequible y creemos que nos irá mejor aquí, sin tener que estar todo el día mendigando», indicó Argiñano.

Cuatro pilotos, uno vasco

La competición se divide en dos categorías: Moto2, con máquinas de 600 centímetros cúbicos –como la que se ve en la imagen que acompaña al texto–, y Moto3, que nace a raíz del cambio de normativa que prohíbe las motos de dos tiempos. Baiko presenta en Moto2 al estadounidense Benny Solís (24 años) y al catalán Edgar Pons (24), hijo del mítico Sito Pons. El equipo tiene muchas esperanzas puestas en el barcelonés, que el año pasado fue segundo pese a sufrir dos caídas en las primeras carreras.

En Moto3, los pilotos son el errenteriarra Iñigo Iglesias (a punto de cumplir 17 años) y el catalán Gerard Riu (19). Sin lugar a dudas, Iglesias supone la gran apuesta de la estructura vasca. «Hemos tenido a pilotos de muchos lugares diferentes. Con todos hemos estado muy a gusto, pero sin duda contar con un joven guipuzcoano con tanto futuro es un orgullo para nosotros», destacó Argiñano.

«Tengo que ir poco a poco –dijo el propio Iglesias con timidez–. Lo primero es acabar carreras para ir cogiendo con- fianza, porque si te caes no hay ni puntos, ni datos ni confianza. Y una vez que vaya cogiendo la medida a la categoría ir recortando distancias con los mejores», se marcó como objetivo.