Un superhéroe en un cuerpo de adolescente
L competencia para la entente entre DC Comics y la Warner con sus máximos rivales de la Marvel y Disney es muy dura, por lo que han tenido que recular y dejarse de superhéroes sombríos para reconocer que ya nadie se los toma en serio y tirar por el camino de la comedia paródica que tantas alegrías les viene dando a los herederos creativos de Stan Lee. El público lo agradece, y también buena parte de la crítica, que ha encontrado muchos parecidos razonables entre “¡Shazam!” (2019) y el clásico del humor fantástico “Big” (1988), divertimento ochentero a mayor gloria de Tom Hanks, que lo bordó en su papel de niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Y esto es lo que le ocurre al adolescente Billy Baston interpretado por Asher Angel cuando se transforma en el superhéroe del título, al que presta su desarrollada musculatura Zachary Levy. La infantilización de los salvadores del mundo en pijama ceñido se convierte así una vez más en una comedia de acción llena de situaciones paradójicas, como la propia historia del verdadero protagonista, al que su alter ego le libra de ser carne de cañón para el bullying, por ser un huérfano que ha ido de hogar en hogar hasta ser adoptado por la familia Vázquez.

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