Amalur ARTOLA
BILBO

Documentos instantáneos para dar voz a los sin voz

La fotografía documental, ese arte que es capaz de atrapar en una mirada la esencia de toda una realidad, se da cita desde hoy hasta el domingo en Bilbo en la segunda edición de BasqueDok. Contará con invitados de la talla de Daro Sulakauri, Martín Weber, Darcy Padilla, Lua Ribeira, Mikel Ayestaran o Cristóbal Hara, quien además recibirá el premio BasqueDok. No llegará con las manos vacías: mostrará unas fotografías inéditas que realizó en Euskal Herria.

«Este año nos volvemos a meter en una nueva embarcada», adelanta Josu Zaldibar, director del festival BasqueDok que, por segundo año consecutivo, acerca a grandes figuras de la fotografía documental y el fotoperiodismo a Bilbo (20-23 de junio).

La idea del festival surgió hace dos años, cuando un grupo cercano a la Facultad de Ciencias Sociales y de la Información de la UPV-EHU consideró que «en Euskal Herria no había ninguna propuesta de cierta envergadura sobre este género fotográfico», sin menosprecio de GetxoPhoto, que, consideran, presenta una mirada «más contemporánea» de la fotografía.

Comenzaron las reuniones, llegaron las reflexiones y las ideas, y con ellas una primera edición. «El resultado fue muy positivo y este año hemos planteado una propuesta similar con un cartel muy potente» que se conforma de talleres, ponencias, proyecciones multimedia y conferencias, y que arranca el jueves con la presentación del documental “El silencio de la guerra, Damasco”, producido por 5W, dirigido por José Bautista y que tiene como protagonista al periodista Mikel Ayestaran. «Creo que va a tener un tirón bastante grande», comenta Zaldibar. La presentación será abierta al público, con invitación.

Entre las ponentes, destaca la presencia de grandes profesionales del fotoperiodismo. Reunirlos en Bilbo ha sido, según Zaldibar, «la parte más complicada» de la organización del festival porque «si hablamos de un mundo globalizado, para lo bueno y para lo malo, las experiencias tienen que venir de la mano más cercana, como es el caso de Ayestaran, pero opinamos que también debemos contar con presencias como Bieke Depoorter, de la agencia Magnum, o Cristóbal Hara», que recibirá el premio BasqueDok 2019.

Madrileño de nacimiento, Hara ha vivido en países tan diversos como Filipinas, Alemania, los Estados Unidos o Gran Bretaña y hasta la década de los 80 se interesó por la fotografía en blanco y negro, siguiendo la estela de autores como Robert Frank o Henri Cartier-Bresson. Fueron pintores como Goya o Velázquez quienes lo atrajeron al color, y sus instantáneas se han publicado en varios medios y galerías de Europa y EEUU.

«Traer a Hara me supuso un viaje a Cuenca a las once de la noche», recuerda Zaldibar. Tras siete horas de diálogo en el que no mencionaron el festival, «me vine con un montón de ideas para poder trabajar con alumnos» y, tras valorar su trayectoria, el grupo coordinador decidió concederle el premio. El sábado dará un taller de fotografía documental en calle y el domingo le harán entrega del premio BasqueDok 2109, gala a la que no llegará con las manos vacías: «Trae una serie de fotografías que realizó en Euskal Herria; creo que son en blanco y negro y absolutamente inéditas. No le quiero hacer ningún spoiler a Cristóbal, pero creo que va a ser una gran sorpresa».

Profesionales

Entre las ponentes Zaldibar destaca a Lua Riveira, «una mujer joven, gallega, que se lo ha ganado a pulso» y Sofía Moro, que trabaja en el ámbito de los derechos humanos. También estará en Bilbo la tres veces ganadora del World Press Photo Darcy Padilla: «Tiene un impresionante trabajo documental que realizó durante 18 años sobre una familia norteamericana, a la que rodea todo lo que tenga que ver con la exclusión, las drogas... retrata una situación muy complicada», destaca. Por su parte, Martín Weber viajará desde Argentina para presentar su “Mapa de sueños latinoamericanos”, un recorrido en el que Weber fotografió los deseos que varios latinoamericanos escribían en las pizarras.

Todos los autores muestran un marcado carácter social en sus trabajos, desde Hara, con una obra «muy vinculada a estratos sociales que si no llega a ser por su mirada no hubiesen sido fotografiados nunca» hasta Sulakauri, con un impactante proyecto sobre el matrimonio infantil en Europa del Este.

«Son gente como nosotros, gente muy cercana en lo humano y en lo profesional, y que es posible traer a Euskal Herria. Si no habría un festival como este, prácticamente solo nos quedaría ver estos trabajos por redes o online», destaca Zaldibar.

En cuanto al fotoperiodismo en sí, el director del evento reconoce que el sector «no está bien», pero le vaticina un futuro prometedor: «Lo que tenemos que hacer es cambiar la forma en la que nos presentamos a la sociedad, tenemos que cambiar de objetivo porque la sociedad también ha cambiado. El fotoperiodismo no está muerto –asegura–, está más vivo que nunca, pero hay que cambiar las formas de trabajar».

A este respecto, destaca que de las tres becas que ofrece el festival una –un curso de fotografía valorado en más de 1.000 euros– está destinada a jóvenes de entre 16 a 24 años, quienes «comienzan a ver en la cámara una herramienta para poder relatar historias» y que tiene por objeto que «puedan prepararse a nivel técnico, teórico y práctico para podre relatar con unos mínimos de conocimiento».