Mark BARNÉS
FESTIVAL DE JAZZ DE GASTEIZ

UN RAYO DE LUZ

LA PIANISTA MADRILEñA AFINCADA EN NUEVA YORK MARTA SÁNCHEZ PRESENTA EN EL TEATRO PRINCIPAL DE GASTEIZ SU NUEVO TRABAJO DISCOGRÁFICO, QUE VERÁ LA LUZ EN NOVIEMBRE.

Varios años después de su anterior visita a la capital alavesa, la pianista y compositora madrileña Marta Sánchez presentó en primicia ante el público gasteiztarra sus nuevas composiciones que, si bien ya han sido grabadas, el trabajo discográfico que las albergará –y cuyo título parece que será “El rayo de luz” pero según ella misma confesó aún no está del todo decidido– se publicará el próximo mes de noviembre.

Marta Sánchez estuvo acompañada por el magnífico quinteto –integrado por Roman Filiu (saxo alto), Francesco Geminiani (saxo tenor), Demian Cabaud (contrabajo) y Daniel Dor (batería)– que formó al poco tiempo de mudarse a la Gran Manzana y que, con algunas variantes en su alineación, ya ha publicado dos discos: “Paternika” (2015) y “Danza imposible” (2017), ambos editados por el prestigioso sello Fresh Sound New Talent y ambos objeto de excelentes críticas en diversos medios especializados.

Los asistentes a su concierto en el Principal Antzokia pudimos escuchar las interesantes piezas “Cascadas”, “Parmisan”, “Nenúfar” (inspirada en una obra de Claude Debussy), “Dead Flowers”, “El cambio”, “Unchanged”, “I Will Miss You” y “El rayo de luz”, el tema que probablemente dará título al mencionado próximo disco. Para rematar una espléndida actuación, el quinteto ofreció una versión del estándar “Bye Bye Blackbird” a modo de bis, que fue la única pieza cuya autoría no era de la madrileña de las que sonaron durante el concierto del jueves por la tarde.

Marta Sánchez estudió piano clásico en su ciudad natal antes de desplazarse a realizar un máster en jazz en la Universidad de Nueva York, por lo que la influencia de los dos universos musicales es tangible en su estilo. Si bien no podemos hablar de una grandísima virtuosa del piano en su caso –ni falta que le hace–, su personal estilo pianístico y su forma de entender la composición dan un resultado sonoro que, a pesar de su complejidad rítmica, resulta sumamente agradable, de fácil digestión y consigue atrapar al oyente desde el primer momento. Enhorabuena.