Mark BARNÉS
JAZZALDIA

MEDIA MARATÓN RECORRIDA

LA PRIMERA PARTE DE «BAGATELLES MARATHON» DE JOHN ZORN DEJA ATÓNITO AL PÚBLICO DEL KURSAAL DONOSTIARRA.

Gran parte de los mejores músicos de la vanguardia jazzística neoyorkina han estado en Donostia para presentar, en dos sesiones, una cincuentena de las 300 obras atonales que compuso John Zorn (Nueva York, 1953) entre marzo y mayo de 2015 y que recopiló en el monumental libro “The Bagatelles”. La primera sesión, que tuvo lugar el sábado, acogió a siete formaciones distintas, cada una de las cuales intervino durante unos 20-25 minutos.

Fue el propio John Zorn quien abrió la tarde al frente de su grupo Masada, en el cual militan el trompetista Dave Douglas, el contrabajista Greg Cohen y el baterista Joey Baron. Y lo hizo con una intensidad arrolladora. A continuación lo hicieron la pianista Sylvie Courvoisier y el violinista Mark Feldman a dúo, que brillantemente presentaron una serie de piezas en las que se empleaba un piano preparado.

Les siguió el cuarteto de la guitarrista Mary Halvorson, el cual está integrado por el también guitarrista Miles Okazaki, el contrabajista Drew Gress y el baterista Tomas Fujiwara, para inmediatamente después dar paso a un dúo de violonchelos a cargo de Erik Friedlander y Michael Nicolas, que estuvieron francamente fabulosos.

Si las cuatro formaciones que habían intervenido hasta ese momento habían presentado una versión “camerística” de “The Bagatelles”, a continuación era el turno de la versión “punk” de las mismas. Para ello, entró en escena el grupo Trigger, compuesto por el guitarrista Will Greene, el bajista eléctrico Simon Hanes y el baterista Aaron Edgcomb quienes, con un volumen atronador, “destrozaron” la parte que les correspondía, dejando atónito al público y provocando el rechazo de gran parte del mismo, pues esa era precisamente la misión que tenían encomendada. Zorn, que se dedicó a ir presentando a las distintas agrupaciones, confesó que se veía reflejado en ellos cuando era 40 años más joven.

Para provocar un contraste extremo, tras el ensordecedor volumen de los “punkies” intervino Craig Taborn a piano solo. Y, para cerrar la tarde, el trío del organista John Medeski, que estuvo acompañado por Dave Fiuczynski a la guitarra y Calvin Weston a la batería, y que también estuvieron espectaculares.

Todos ellos músicos de primerísima fila interpretando una música sumamente compleja, si bien esta no resulta tan difícil de escuchar ya que, a pesar del carácter atonal de las piezas, como comenta el propio Zorn no hay tanta diferencia entre las composiciones de “The Bagatelles” y las de Irving Berlin, pues lo verdaderamente importante para el músico de jazz es la melodía. Y para estimular a un músico improvisador no hay que escribirle todo, ya que a partir de esa melodía él o ella desarrollarán su propio universo sonoro.

Noche con sorpresa

La penúltima sesión de la Plaza de la Trinidad se abrió con la actuación del trío del saxofonista Houston Person (Florence, Carolina del Sur, 1934), que estuvo magníficamente acompañado por Ben Patterson al órgano Hammond y Willie Jones III a la batería. Person, uno de los grandes representantes del estilo conocido como “soul jazz”, realizó un repaso por diversos estándares y piezas conocidas con un precioso sonido y gran elegancia demostrando, una vez más, por qué siempre conviene respetar a los clásicos.

Pudimos escuchar “Only Trust Your Heart” de Benny Carter; “The Way We Were”, tema popularizado por Barbra Streisand; “Sweet Sucker Dance” de Charles Mingus; “It Had To Be You”, popularizada por Frank Sinatra; “Sunny”, de Bobby Hebb; “Since I Fell For You”, gran éxito de Leon Welch; “Cuando Vuelva A Tu Lado”, popularizada por Eydie Gormé y Los Panchos; y “Do Nothin’ Till You Hear From Me”, de Duke Ellington.

La segunda parte de la noche corrió a cargo de la celebérrima cantante y pianista Diana Krall (Nanaimo, Canadá, 1964), que estuvo elegantemente acompañada por su habitual banda formada por el magnífico contrabajista Robert Hurst y el baterista Karriem Riggins, al que se sumaba, como artista invitado, el gran saxo tenor Joe Lovano. Pero con lo que no contábamos en un principio durante la velada fue la sorpresa de que sobre el escenario hubo un invitado más de última hora que no estaba anunciado previamente: el fabuloso guitarrista Marc Ribot, que entendemos que se unió a la fiesta aprovechando que estaba presente en Donostia porque ayer domingo iba a participar en la segunda sesión del maratón de John Zorn.

Sonaron “Deed I Do”; “All or Nothing At All”; el tema popularizado por Nat “King” Cole “L-O-V-E”; “I’ve Got You Under My Skin”; “Devil May Care”; “Just Like a Butterfly”; “Boulevard of Broken Dreams”; “East Of The Sun”; “Moonglow”; y “Take It With Me”, tema de Tom Waits tras el cual la lluvia, que había dado tregua hasta ese mismo momento, dejó de hacerlo, a lo que la canadiense reaccionó interpretando “Let It Rain” como final de un concierto en el que las propinas fueron “I Was Doing Alright” y “You’re My Thrill”.

La banda se mostró impecable, especialmente en la interpretación de las baladas, demostrando gran sutilidad y delicadeza a la hora de abordar el espacio y los silencios. Krall sigue teniendo una voz preciosa, Hurst proyectó un magnífico sonido con su contrabajo y Ribot estuvo sensacional, hasta el punto de que pareció restarle protagonismo al invitado principal, Joe Lovano, algo que al tenor de Cleveland no pareció molestarle lo más mínimo.

La canadiense se mostró muy emocionada de concluir su gira tan bien acompañada precisamente en nuestra ciudad, en el precioso marco de una abarrotadísima Plaza de la Trinidad en la que la organización del Jazzaldia volvió a cuadrar cuentas vendiendo muchas más entradas del aforo real del recinto, por lo que hubo muchísima gente que se mostró indignada al no disponer de asiento tras haber pagado los 50 eurazos que costaba la entrada.