Ainara LERTXUNDI
Conflicto colombiano

La FARC reafirma los acuerdos y rechaza el regreso a la lucha armada

Dirigentes del partido FARC, con su presidente Rodrigo Londoño «Timo» a la cabeza, reafirmaron su compromiso con los acuerdos de La Habana y valoraron como un paso «desafortunado» el regreso a la lucha armada de exlíderes de las FARC-EP, entre ellos quien fuera el jefe la delegación de paz en La Habana, Iván Márquez, y Jesús Santrich.

Con una gran pancarta con la imagen del fundador de las FARC-EP, Manuel Marulanda, y el mensaje de «mientras haya voluntad de lucha, habrá esperanza de vencer», quien fuera el jefe negociador de la guerrilla en la mesa de conversaciones de La Habana, Iván Márquez, con el exnegociador plenipotenciario Jesús Santrich a un lado y Hernán Darío Velasquez, alias «El Paisa», al otro, anunció en un vídeo de algo más de 32 minutos que retoman la lucha armada ante la «traición del Estado».

Los tres, líderes influyentes durante la etapa guerrillera y en las negociaciones con el Gobierno de Juan Manuel Santos, aparecen junto a una veintena de combatientes armados y con el uniforme que usaban las FARC-EP. La lectura del manifiesto se intercala con retratos de significados guerrilleros como Simón Trinidad –en prisión en Estados Unidos– o los fallecidos Mariana Pérez y Mono Jojoy.

Una de las primeras reacciones fue la de Rodrigo Londoño, excomandante en jefe de las FARC-EP y actual presidente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia (FARC), quien reiteró su total compromiso con los Acuerdos de La Habana. «Estamos en el camino acertado. Eso es lo que a uno le da fortaleza», destacó en entrevista con la emisora colombiana Blu Radio.

«Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, es una noticia desafortunada, pero a la vez pone las cosas en su sitio, se acaba esa ambigüedad en la que estábamos. No sabías si estaban dentro o fuera del proceso. Este manifiesto clarifica el panorama para la gran mayoría de los combatientes», subrayó.

«Más del 90% seguimos»

«Retomo una consigna que ellos mismos dicen en el vídeo, mientras haya voluntad de seguir trabajando por la paz, habrá esperanza. Nosotros continuamos en este proceso, hay muchas tareas por hacer. Esta desafortunada posición de los compañeros que jugaron un papel no nos puede entorpecer el trabajo que estamos haciendo», incidió.

Londoño insistió en que «los caminos están definidos. Seguimos comprometidos independientemente de los obstáculos, porque estamos en el camino acertado. Eso es lo que a uno le da fortaleza». En su cuenta de Twitter remarcó que «más del 90% de exguerrilleros seguimos comprometidos con el proceso de paz». «Algo que nos enseñó Marulanda fue a cumplir la palabra. Nuestra palabra es la paz y la reconciliación», destacó.

Las reacciones al pronunciamiento de los exjefes guerrilleros también se sucedieron por parte de destacados dirigentes del partido FARC.

El actual senador Carlos Antonio Lozada –además de ser uno de los integrantes del Secretariado de las FARC, en La Habana estuvo al frente de la subcomisión técnica para la terminación del conflicto encargada de diseñar junto a altos mandos de las Fuerzas Armadas el fin del conflicto armado– colgó una breve declaración en Twitter en la que invita a los excombatientes en proceso de reincorporación a «seguir adelante» en el cumplimiento de los acuerdos.

«No vamos a desfallecer en este camino de la paz. Estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los colombianos nos acompañan en esa decisión. Las conquistas logradas en el acuerdo de La Habana son banderas para que todos nos unamos y logremos derrotar a quienes se oponen a la implementación del acuerdo y también para decirles aquellos que desisten del camino de la paz que se equivocan».

La senadora Victoria Sandino consideró que «el Acuerdo –de La Habana– es un pequeño paso para sentar las bases para acabar la guerra y lograr las transformaciones estructurales para el país, para el buen vivir de los y las colombianas».

En opinión de Pastor Alape, quien también jugó un papel destacado en las conversaciones con el Gobierno, «es el momento de sumar muchas luchas por la paz y la implementación del acuerdo». «El rearme es aventura que favorece a los enemigos de la paz, que hoy deben estar felices. Nuestro compromiso total es la paz, ¡No a la guerra!».

Guiño de Márquez al ELN

En el vídeo, Márquez asegura que «ha comenzado una segunda Marquetalia –lugar en el que Marulanda fundó las FARC el 27 de mayo de 1964–. Es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana. La rebelión no es una bandera derrotada ni vencida, por eso continuamos con el legado de Manuel (Marulanda) y (Simón) Bolívar», resaltó Márquez al inicio del extenso manifiesto, firmado como FARC-Ejército del Pueblo.

En el mismo, hace un guiño al ELN, subrayando que buscarán «coordinar esfuerzos» con esta guerrilla y «con aquellos compañeros que no han plegado sus banderas». Este ofrecimiento de una eventual alianza se ve reforzado en el vídeo con un dibujo de Marulanda abrazando a Manuel Pérez, uno de los fundadores del ELN.

Tras declararse «herederos del legado» de Marulanda, Márquez aseguró en la lectura del manifiesto que «esta insurgencia no se levanta de las cenizas como el ave fénix para seguir operando en las profundidades de la selva remota. No. Volará».

A continuación, el texto señala que el Estado «conocerá una nueva modalidad».

«Solo responderemos a la ofensiva, no vamos a seguir matándonos entre hermanos de clase para que una oligarquía continúe manipulando nuestro destino y enriqueciéndose a costa de la pobreza pública y de los dividendos de la guerra. El objetivo no es el soldado ni el policía respetuoso de los intereses populares, será la oligarquía excluyente, corrupta, mafiosa y violenta», afirma.

En el comunicado se descartan las retenciones con fines económicos. En su lugar, «priorizaremos el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y gente pudiente del país para buscar por esa vía su contribución al progreso de las comunidades rurales y urbanas».

El manifiesto denuncia los incumplimientos del Estado en materia de implementación de los Acuerdos de La Habana, la muerte de más de 500 líderes sociales y 150 exguerrilleros, y critica «el desarme ingenuo de la guerrilla a cambio de nada».

«Cuando firmamos el Acuerdo lo hicimos con la convicción de que era posible cambiar la vida de los humildes, pero el Estado no ha cumplido ni con la más importante de sus obligaciones que es garantizar la vida de sus ciudadanos, particularmente, la de evitar su asesinato por razones políticas. La trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del Acuerdo, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica nos obligaron a regresar al monte. Nunca fuimos vencidos ni derrotados ideológicamente, por eso la lucha continúa. Fuimos obligados a retomar las armas», remarca el documento leído por Márquez.

De la Calle y Jaramillo piden proteger la paz, y critican a Duque

En una declaración conjunta, Humberto de la Calle, exjefe negociador del Gobierno de Juan Manuel Santos en La Habana y excandidato presidencial en las elecciones de 2018, y Sergio Jaramillo, ex Alto Comisionado para la Paz, consideraron que «no es esta la primera ni será la última crisis del proceso. El Acuerdo de Paz es un logro histórico que no tiene marcha atrás».

«Sin olvidar en ningún momento la responsabilidad primordial que le cabe a Iván Márquez y sus compañeros por estos hechos, recordamos que una y otra vez le dijimos al Gobierno que sus ataques permanentes al proceso y los riesgos de desestabilización jurídica que conllevaban podrían llevar a varios comandantes a tomar decisiones equivocadas», resaltaron.

Emplazaron al Gobierno a «asumir con decisión y con criterio de Estado el liderazgo del proceso de paz y dejar de actuar con criterio de partido, como lo han hecho hasta la fecha».

Llamaron a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU a «redoblar su vigilancia y su apoyo al proceso. Es el momento de acompañarlo con toda la fuerza (…) Esperamos que las víctimas contribuyan a rodearlo. Debemos pensar en las víctimas futuras».GARA