El entorno lacustre de Xochimilco, un conjunto de canales e islotes artificiales, fue creado entre los siglos XII y XVI por los aztecas y otros pueblos originarios. Desde 1997, es Patrimonio Mundial de la Humanidad y atraía hasta un millón de visitantes al año, tanto locales como extranjeros, que acudían a pasear en las trajineras, sus particulares góndolas, al ritmo de mariachis, y acompañados por vendedores de artesanías, comidas y bebidas. Todo esto ha cambiado drásticamente en apenas unas semanas. Un joven de 20 años, que había estado bebiendo, cayó al agua mientras trataba de saltar de una embarcación a otra, y el resultado fue fatal. No era la primera persona que moría en Xochimilco, pero en esta ocasión fue registrado en vídeo y se hizo viral. Desde entonces, las visitas a este colorido y emblemático lugar se han desplomado un 80%, según las autoridades locales, que se han apresurado a incrementar las medidas de seguridad para tratar de garantizar la supervivencia de un atractivo turístico que, por el momento, se acerca al naufragio.