Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - RETABET BILBAO BASKET

Hacer morder el polvo al Real Madrid nunca fue tan heroico

Los «hombre de negro» infligieron la primera derrota en la Liga ACB a los pupilos de Pablo Laso, con jugadores como Lammers, Browno Bouteille dando un paso adelante. Ya en el tiempo extra, la intensidad defensiva y la lucha suplió para resistir a la falta de ideas.

RETABET B. BASKET 82

REAL MADRID 81


La de ayer no fue la primera victoria de RETAbet Bilbao Basket sobre el Real Madrid, pero sí la más heroica. Los hombres de negro infligieron la primera derrota liguera a los de Laso, rompiendo incluso su mal fario en las prórrogas. Pesaron más los errores que los aciertos porque al final las piernas pesaban toneladas, pero los bilbainos consiguieron un imposible como es tumbar al tercer equipo de Euroliga que visita Miribilla. Nunca un balance de 5-4 supo tan bien como ayer a la noche.

Pero al inicio, al ver los padecimientos de Balvin frente a Tavares y los siete puntos de inicio de Jaycee Carroll, parecía que el Real Madrid iba a lograr una cómoda victoria en Miribilla. Más aún cuando Llull anotó de tres el 10-16, provocando el primer tiempo muerto de Mumbrú.

Nada más lejos de la realidad. La entrada de su «pareja LEB» compuesta por Lammers y Brown espabiló a los hombres de negro, adelantándose tras un parcial de 8-0. Pese a la posterior reacción blanca, un triplazo de Jaylon Brown adelantó al final del cuarto a los pupilos de Alex Mumbrú: 23-21.

Pero el sueño iba a durar. El segundo cuarto, con Brown desatado, fue de ensueño, al punto de que los 10.001 espectadores reunidos en Miribilla se frotaban los ojos al ver un momentáneo 37-28 en el marcador tras un triple de Bouteille. El Real Madrid reaccionó con un parcial de 2-9, pero un «costa a costa» de Rouselle cerró la primera mitad dejando el luminoso en 41-37.

La segunda mitad tuvo de todo. Desde una descalificante a Taylor a grandes minutos de Bouteille en el tercer cuarto, y sobre todo el coraje bilbaino para no dejarse remontar. Sergi Llull provocó el empate a 77 y tuvo hasta el tiro ganador en sus manos, pero el balear erró, dejando un resquicio a la resistencia bilbaina, que incluso en el tiempo extra siempre fue por delante, o al menos nunca debió remontar el marcador.

Balvin puso el 82-81. No parecía el marcador definitivo, pero lo fue, pese a todo el sufrimiento. Bilbao Basket logró hacer realidad ese imposible.