La memoria de los dos lehendakaris exiliados, Juan Antonio Agirre y Jesús María Leizaola, fue capaz ayer de juntar en Gernika a todos los lehendakaris de la CAV en vida, así como a representantes de todo el arco parlamentario a excepción del PP, que tachó el homenaje de acto del PNV. No opinaron lo mismo delegados de EH Bildu, PSE y Podemos, que ven en la figura de los lehendakaris exiliados un patrimonio compartido.

Eso sí, en el turno de intervenciones cada uno arrimó el ascua a su sardina. El lehendakari actual, Iñigo Urkullu, se guardó para sí buena parte del protagonismo y puso en valor la «visión y el compromiso» de José Antonio Agirre y Jesús María Leizaola «con el modelo de construcción progresiva del autogobierno vasco». Un «acierto cargado de lucidez» que, según explicó, «ha sido y es nuestro modelo para seguir construyendo Euskadi en el día a día, todos y cada uno de los días, juntos».

«Euskadi honra a quienes fueron siempre conscientes de la importancia de mantener viva la institución del Gobierno vasco. Conscientes del significado del legado de derechos, democracia y libertad que representaba la continuidad del Gobierno en el exilio», manifestó Iñigo Urkullu tras recordar que José Antonio Agirre y Jesús María Leizaola, así como las personas que formaron parte de sus gabinetes, «en las situaciones más extremas, mantuvieron intactas sus convicciones, sus valores e ideales, su vocación de servicio a Euskadi y el compromiso irrenunciable con la pluralidad, la democracia y la libertad».

Concluido el acto protocolario, el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, aprovechó para recordar que hoy son otros, como el president Carles Puigdemont, los que sufren el exilio. «Como decía el lehendakari Agirre, nosotros siempre con Catalunya», añadió. Por su parte, la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, consideró que «en los momentos más difíciles de nuestra historia, los vascos hemos demostrado nuestra capacidad de avanzar juntos».

Una mención especial

Antes, Urkullu tuvo un especial recuerdo para Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad en representación de Unión Republicana. «Tras participar en la evacuación de los niños tuberculosos de Gorliz, en su viaje de regreso fue traicionado por el piloto, apresado y fusilado el 26 de junio de 1937», dijo.

También recordó que Leizaola tuvo que permanecer escondido en Betharram entre 1941 y 1944, y que Agirre nunca pudo regresar a Euskal Herria. Falleció en París en 1960 y su cuerpo descansa en Donibane Lohizune. «No pudo regresar a Euskadi, pero mantuvo vivo el alma de nuestro pueblo. Gracias a él y su generación somos lo que somos hoy en día», apuntó.