Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Y tal y tal

Fallece el Jesús Gil y Gil del fútbol italiano, debuta el hijo de Paolo Maldini, Mbappé se mosquea y el noruego Haaland sigue a lo suyo.

«Deseo que se mueran todos aquellos a los que les jode que yo sea rico y el Atlético líder... y tal y tal», se soltó el irrepetible Jesús Gil y Gil, quién sabe si a lomos de su jamelgo ‘Imperioso’ o derramando el jacuzzi rodeado de las Mama Chicho. El corrupto exalcalde marbellí de los años noventa y presidente omnipotente del club a orillas, entonces, del Manzanares fue de esos con la capacidad innata de generar tanto adeptos como detractores a partes casi iguales. En el Calcio italiano su particular Gil y Gil, y no, no nos referimos al ‘putero’ a la par que expresidente transalpino Silvio Berlusconi, fue un hombre sin igual de nombre Luciano Gaucci y cuya biografía ha vuelto a primera página tras el anuncio de su fallecimiento, a los 81 años, en la República Dominicana, a donde huyó en el año 2008 después de la quiebra del club que abanderó, el Peruggia, por 80 millones de euros.

Gaucci fue uno de esos presidentes del Calcio de los años 90 marcado por su megalomanismo, sus negocios con el fútbol, los caballos, la lotería, empresas, aderezado con fugas de la Justicia, multas, sanciones, mujeres, jugadores exóticos... Una de sus primeras jugadas fue la inclusión en la plantilla del ‘Grifo’ de diez jugadores de la selección de Etiopía que habían pedido asilo político en Italia, una debilidad por los futbolistas ‘random’ que no descuidó...

En 2003 saltó a las páginas de medio mundo al fichar para el equipo de la región de Umbría a nada menos que el tercer hijo del líder panafricanista Muamar el Gadafi, Saadi, quien con 27 años se le antojó ser futbolista, autofichándose, como buen presidente de la Federación libia de Fútbol que era, por uno de los grandes del país, para luego pasar a presidir y jugar en su gran rival. Ser después capitán de la selección fue... todo lo contrario a un canto a la meritocracia. Llegó a entrenar con la Juventus de Marcelo Lippi, gracias a que su padre se hizo con la mayoría de acciones de la Fiat, cuya familia Galliani es dueña de la Vecchia Signora. Pero acabó en Perugia.

En el equipo blanquirojo apenas sí disputó quince minutos en Serie A, precisamente contra la Juventus; antes de aquello, fue sancionado por nandrolona en un control antidoping en el que dio positivo tras un Perugia–Reggina... en el cual no jugó ni un minuto. Fue castigado tres meses sin vestirse de corto. Volvió, pasó por las filas, no se sabe aún cómo, del Udinese –donde sumó diez minutos más– y la Sampdoria –donde ni siquiera se calzó los borceguíes–. Tras la caída del régimen libio, fue detenido por la Interpol. Ya lo sentenció su padre en su catecismo revolucionario, el ‘‘Libro Verde’’, «el fútbol es de idiotas».

Pero volvamos a nuestro caricaturesco héroe Luciano Gaucci. El radar del Presidentissimo fue mucho más allá de Oriente Medio. Suyo fue el fichaje del japonés Hidetoshi Nakata, uno de los mejores jugadores nipones, y que sirvió para poner a la comarca italiana en el mapa y de paso llenar de japoneses las aulas de la Università per gli Stranieri local. Por aquellos lares volvió a lanzar sus redes, y se trajo para Perugia, la ciudad del chocolate, al primer jugador chino en patear en la liga italiana, Ma Ming Yu –dicen que se equivocaron de chino–, y al primer coreano, Ahn Jung Hwan. El pecado capital de este segundo fue ser el autor del gol de Corea del Sur que eliminó a Italia del Mundial de 2002, después de lo cual el mandamás italiano le prohibió regresar al club. «Que se vaya a Corea a cobrar cien liras al mes», le sentenció.

Finalmente, después de tantos avatares y excentricidades, en 2005 Gaucci fue sentenciado por malversación y fraude junto a sus dos hijos. Huyó a la Republica Dominicana, volvió tras un indulto cuatro años después y finalmente la muerte le ha sobrevenido en el país centroamericano. Biografía al margen, en la que no falta el regalo de un caballo a un colegiado, apartar del equipo a un jugador por portar el número ‘13’ o liarse a puñetazos con el presidente del Bari, Gaucci logró llevar al club de la tercera división a jugar en Serie A y en la UEFA. Filibustiere, maneggione e puttaniere, pero en Perugia aún le añoran.

El Bayern, de nuevo líder

Al que no añoran, sino adoran en la Roma laciale es a Ciro Inmobile, otra doppietta, y el delantero de la Lazio suma 21 goles en 25 partidos en Italia. Doblete también para Cristiano Ronaldo, los dos de penalti, y otros dos los que anotó Romelu Lukaku en la victoria del Inter, con lo que todo sigue igual de apretado en un Calcio en el que esta jornada vio debutar a la tercera generación de los Maldini: a los 18 años, Daniele se estrena 11 años después de que su padre Paolo colgara las botas, y con su abuelo Cesare en el recuerdo.

También sigue a lo suyo el joven noruego Erling Haaland, tercera jornada marcando para el Dortmund, y se convierte en el primer jugador en toda la historia de la Bundesliga que marca siete goles en sus primeros tres encuentros en la competición, anotando además con cada uno de sus primeros siete remates a portería. Y todo en 134 minutos disputados.

Los renanos se colocan con 39 puntos en una jornada en la que el RB Lepzig y el Borussia Mönchengladbach empataron 2-2, lo que provocó que el Bayern supere por un punto, 42, a los de Red Bull y se coloquen líderes por primera vez desde octubre. El técnico de los ‘toros rojos’, Nagelsmann, criticó a sus jugadores por fotografiarse en la previa del duelo con un peluquero de lujo desplazado al hotel de concentración. «Estamos cerca de la cumbre. Ahora tenemos que decidir si subimos hasta arriba o si nos quedamos aquí a comer y beber. Todos tienen que decidir por sí mismos, ¿Quiero ser un ganador, dónde quiero estar en la vida?», les preguntó. Los que sí han decidido han sido los dirigentes del Eintracht, que han retirado la presidencia de honor al histórico Rudolf Gramlich, jugador del club y presidente antes de fallecer en 1988, del que se ha sabido fue miembro del Partido Nazi y las SS.

15 fichajes de una tacada

El Bayern ya manda, la Juventus también, al Liverpool no hay quien le tosa –doblete de Salah a falta de 6 victorias en 13 partidos para ser campeones; empate del Arsenal que se queda a ¡42 puntos de los Reds!; derrota de Guardiola ante Mourinho; Lampard que relega a la suplencia a Kepa en el Chelsea–, y avanza el PSG aunque con nueva bronca a pie de césped de Mbappé con su técnico Thomas Tuchel al sustituirlo con un 5-0. ¡Sorpresa eso sí en Suiza! Con una edad promedio de 23,4 años y una plantilla valorada en solo 22 millones, el St.Gallen es nuevo líder. Resultado de cuando las cosas se hacen bien, todo lo contrario del Ankaragücü de la liga turca, que ha fichado este mercado 15 jugadores de una tacada. Entre ellos no estaba Kevin-Prince Boateng, enrolado en el Besiktas. Como dicen los nostálgicos del Peruggia sobre Gaucci, Quando c’era luí, o aquello de «con Franco se vivía mejor»... o con Gil y Gil...