Las villanas que mutaron en superheroínas

Fue la joven actriz australiana Margot Robbie la que pensó que su personaje de Harley Quinn estuvo muy desaprovechado en “Escuadrón Suicida” (2016), un patinazo de David Ayer que tuvo malas críticas, pero que sirvió a DC-Warner para inaugurar una rentable franquicia con el grupo de villanos y villanas que actúan a la fuerza como nuevos superhéroes y superheroínas. Por eso se ha puesto como productora al frente de este spin-off o derivado de aquella película inicial, antes de que se estrene “Escuadrón suicida 2” (2020) de James Gunn, por lo que pueda pasar. Ha contado con un presupuesto nada despreciable de 100 millones de dólares, que es menos de lo que cuestan las grandes producciones de superhéroes de primera línea, pero que resulta más que suficiente para sus propósitos de hacer algo diferente, con el fenómeno comercial de “Joker” (2019) en el punto de mira, salvando las distancias. El plan es hacer al menos una trilogía, y por la demanda de entradas el éxito parece asegurado y habrá secuelas.
Las conexiones con el Joker están ahí, aunque en la versión encarnada por Jared Leto. Harley Quinn fue su siquiatra en el asilo Arkham, y se convirtió en algo más que su compañera, ya que le debe sus superpoderes. Para recordarlo se utiliza material previo recuperando la escena original en la planta química ACE.
A partir de ahí en “Aves de presa” (2020) la protagonista forma un equipo femenino con Huntress (Mary Elizabeth Winstead), Renee Montoya (Rosie Perez) y Black Canary (Jurnee Smollet-Bell) para rescatar a Cassandra Cain (Ella Jay Basco) de las garras de Black Mask (Ewan McGregor), que es el amo del crímen en Gotham City.
La película se arriesga a probar suerte con la calificación R, porque retrata a chicas malas cuya imagen combina el cómic con la moda urbana.

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