Pablo CABEZA
BILBO
Elkarrizketa
BORJA IGLESIAS
GUITARRA DE INOREN ERO NI

«Sí, es bueno cerrar los ojos y soñar. Dejarse soñar. Imaginar...»

A quince años de su debut discográfico, Inoren Ero Ni vierte cuatro nuevas canciones agrupadas bajo el singular «Il cercatore di perle», disco en el que la sedienta banda de libertad creativa perpetra veinte minutos imaginativos, libres, cósmicos. IEN presenta disco mañana en Kafe Antzokia de Bilbo (20.30) y el viernes en la sala Jimmy Jazz de Gasteiz acompañados, en este caso, de Pelax (21.00).

Inoren Ero Ni es una de las bandas más chocantes de nuestra escena. Desde su inicio y precedentes, IEN viene mostrando el deseo unívoco de no dejarse arrastrar ni por modas ni por clichés; es más, lejos de anclarse, el cuarteto supera antecedentes con manifiesta facilidad. “Il cercatore di perle” (Bidehuts, vinilo) es admirable, cada canción sugiere extremas sensaciones donde perdura el placer reparador de la creación y de lo que conllevan en todos los planos bases, arreglos, producción, tomas, mezclas, masterización… Todo, además, dentro de un envolvedero reconfortante.

“Minaren gauzatzea” supera los cinco minutos, tiempo en el que el groove cimbrea las neuronas hasta dejarlas al criterio radical de los músicos. “Amen eta orain” es tan terca como hipnótica. “Il cercatore di perle”, cantada en italiano con estilazo, es un ejercicio de lo que puede ser la sonoridad, la creación de patrones con noble criterio. “Zerria” es una marcha fúnebre donde el agobio torna de luminoso negro: “Y me siguen llamando cerdo, a mí que como donde meo. Ya me siguen llamando cerdo, a mí que cago donde como. Oink oink...”.

En “Il cercatore de perle” están Iñaki Guanche, quien viaja desde Irurita hasta el local de ensayo en Zumarraga, músico de largo y nutrido currículo; Mariano Hurtado, con billete desde Eibar, y a quien se puede ver al lado de Anari; Okene Abrego (Ian Zyo y otros alias) toma el autobús en Ereñotzu, voz grave y teatral desde sus tiempos en Bap!!! y Borja Iglesias que sube al tren en Donostia y escucha músicas “raras”. Todos con notable talento y con ganas de superarse de forma natural, capaces de voltear lo sencillo y convertirlo en arte. Parte de las letras son de Borja Iglesias, quien en breve tendrá en librerías su segundo libro, “Coda”. Además, han colaborado Martxel Arkarazo (Garate), Pintza (Mikel Abrego) e Inge con un puñadito de percusiones (hijo de Borja, 10 años).

El 9 de junio de 2004 aparecía el primer disco de IEN: las bajas –relativas– son el 50%, pero da la sensación de que aquel espíritu aún perdura; de hecho, «Ondo bizitzeko beldur!», podría sonar ahora.

Claro, el espíritu es el mismo. Pero yo no hablaría de bajas, puesto que siguen siendo IEN y continúan participando de una u otra forma en toda esta historia. Ese espíritu también está ligado con los estudios Garate. No sabría cómo explicarlo, pero es así. Kaki Arkarazo al comienzo y Martxel [su hijo] ahora… Es algo que está muy presente. Y va mucho más allá del sonido.

Todos cerca, pero cada uno en un pueblo y el local de ensayo en otro, algo magnético debe tener IEN para que se mantengan las conexiones.

Ya lo creo. En mi caso me tiene totalmente atrapado. Aún nos divertimos, qué carajo, y mientras eso ocurra merece todo el esfuerzo y empeño que uno pone para que esto siga adelante. IEN es una fiesta que no quieres que se acabe: Carnaval todo el año. Joder, estáis invitados, seréis bienvenidos y lo pasaréis requetebien.

Cuando las diferentes partes de cada tema se ensamblan ¿se piensa mucho en cómo sonarán en directo?, ¿qué sensaciones se proponen o no hay condicionante alguno?

Tiramos más de sensaciones. Ni la razón ni la teoría encajan muy bien con nosotros, ya que no seguimos un método. Pero... quién sabe, quizá, en el próximo ejercicio, de rizar el rizo demos con ciertas claves que nos ayuden a prever las cosas, a pensarlas antes de ejecutarlas. No lo veo, pero no seré yo quien ponga barreras contra eso. Si funciona, adelante, pero sin olvidar la fiesta.

«Amen eta orain» parece más una canción de cierre de disco que de inicio, más que nada por ser la más áspera, ruda y terca de los cuatro temas. Es salvaje y un tanto crepuscular, fronteriza dislocada. Quizá con guiño a Lisabö hacia el final de la aventura.

Es una canción que ya tendrá un par de años y en directo solíamos comenzar con ella a modo de presentación, así que vimos bien comenzar el disco de la misma manera. Sin embargo, cómo somos, ahora la tocamos para terminar. Y está muy bien así. En fin, serán las cosas del palíndromo o la falta de riego, que ya empieza a preocupar… En cualquier caso, no solemos ir al estudio con ideas preconcebidas con los números ni con la forma de lo que luego va a ser el disco. Coño, ni siquiera con una idea de sacar un disco después. Supongo que es el resultado el que nos empuja a tirarnos a la piscina, en plancha, de cabeza, bomba....

Porta todo el aire para ser un tema proclive a la improvisación, a un dejarse fluir...

Es muy divertida para tocar en directo y sí que dejamos cierto aire para improvisar, dentro de nuestros límites, por lo que dependiendo del día que tengas, sale de una u otra manera. A veces queda más larga, hipnótica, otras más inmediata y punk. Lo que decía, divertidísima.

La percepción es de nacer y llorar en el local de ensayo, posiblemente como otros temas del repertorio.

Quizá alguna canción de todo nuestro repertorio haya salido en casa, pero no recuerdo ninguna. Nuestras canciones nacen del recreo en el local. Puede ser que alguno lleve una idea de casa, pero luego el resto ya se encarga, y muy bien por cierto, de destrozarla en el local, llevándola a un terreno neutro e irreconocible para su progenitor. Y eso es lo más atractivo de nuestro juego.

No es literal, pero si se cierran los ojos y se vuela junto a «Minaren gauzatzea» el plano lisérgico sugiere ser un buen acompañante. En general, nos parece que es una clave del proyecto.

Aquí hay espacio para todo, y, en especial, para soñar, para volar, para dejarse llevar y perder el control. Es importante perder el control, de cuando en cuando. Sentir que es el coche quien te domina a ti y no al revés, que esto puede acabar en un accidente. Es importante porque parece que uno va con arnés por los bulevares de la rutina, ¿verdad?. Es un sinsentido, pero es lo que hacemos. Sí, es bueno cerrar los ojos y soñar. Dejarse soñar. Imaginar. Jugar como solo los niños saben hacer. Dejarnos llevar hasta ese tiempo cuando éramos niños salvajes. ¿Se me ha ido un poco la olla?. Mejor.

Resulta curioso cómo en numerosos tramos el bajo y la batería ocupan el espacio, para permitir, con el transcurso de la claqueta, que otros invitados se sumen al gran ágape de la música. Un ejemplo podría ser la desbordante «Il cercatore di perle!»

A mí me encanta, me gusta hasta abusar de ello. Si es que van como un tiro, solos ellos. Además, yo estoy en una posición privilegiada, ahí junto a ellos, en tres metros cuadrados. Me limito a darle a la rosca del mechero. Uno pólvora, el otro mecha. Pirotecnia. Y ya cuando entra la voz, Carnaval

Han grabado en analógico y seguido la ruta más lógica: vinilo con anchos surcos para aprovechar dinámica, que se perdería si se utiliza el móvil o artefactos de similar pobreza sonora. El caso es que es el disco en el que mejor se expande el sonido, y eso que siempre han visitado Garate.

Le damos mucha importancia a esto del sonido. Y Garate me parece fundamental, visto desde esta óptica. Yo antes me implicaba más en el proceso, pero es que tengo, tenemos, fe ciega en Martxel. Y antes en Kaki, por supuesto, pero entonces andaba más al quite, no sé por qué. Por otro lado, es que coincido mucho con él en cuanto a gustos sobre cómo tienen que sonar nuestras canciones. Y además está Guanche también, que puede hablar con conocimiento de causa. ¡Qué más se puede pedir!. Por otro lado, quiero subrayar que podemos grabar en Garate gracias a su troupe. No hay otra explicación. No obstante, todo mi respeto al mundo digital. Es decir, me parece más importante hacer cosas, que cómo las hagas. Y respecto a las escuchas, también tengo claro que me gusta más el equipo que tengo en casa, que, sin ser la releche, está muy bien, que los altavoces chiquitines del portátil con el que curro.

¿Sigue la actualidad musical? ¿Viaja al pasado en busca de ...?

Oigo de todo, música actual, de antes, de antes de antes… No tengo preferencias ni con la estética, ni con la época, ni con el fondo, ni la forma… Si me gusta me lo pongo. Como muestra, unos botones: he llevado al niño a la ikastola escuchando Dawn of Midi [singular banda electroacústica mínimal y rítmica], pero lo ha cambiado porque no le ha gustado, ¡cagüenlaleche¡, qué pena, aunque lo seguiré intentando. Y va y me pone a boleo Four Tet [solista desde el bucolismo, el ambient, trip hop, electrónica… al IDM. Estará en BBK Live]. ¡Pues ni tan mal porque lo ha dejado hasta que hemos llegado!. He vuelto con Mahler, un poco por casualidad, y ahora estoy escuchando Alice Coltrane, ya ves tú. Últimamente no oigo muchas guitarras, pero no por nada especial, supongo que pasamos por épocas en las que te apetece más una cosa que otra. Por cierto, me encanta descubrir música, pásame algo.