C.D. MIRANDÉS 0

REAL SOCIEDAD 1

La Real volverá a tener la posibilidad de agrandar su historia tras imponerse con total merecimiento al Mirandés al ganar los dos partidos y en todas las facetas del juego. Demostró su mayor calidad y la diferencia de categoría, pero también fue superior en las disputas y a la hora de ponerse el buzo de trabajo. Fue un equipo de Primera con balón y de Segunda sin él y la unión de esas dos virtudes le permitirán pelear por el tercer título de Copa de su historia 33 años después del segundo.

Imanol decía antes del partido que su equipo tenía que marcar dos goles para alcanzar la final, le hubiera valido con el 2-1 de la ida, pero el tanto de Oyarzabal antes del descanso minó la moral del Mirandés y le permitió controlar la segunda parte sin temer por la eliminatoria.

El camino de Donostia a Sevilla pasa por Miranda y la Real cogió la autopista, la vía más rápida para alcanzar su objetivo. Imanol presentó el mismo once que ganó los dos últimos partidos de Liga al Valencia y al Valladolid con el único cambio de la entrada de Willian José en lugar de Isak y Andoni Iraola repitió la misma alineación del encuentro de ida con la única variación de la entrada en el lateral izquierdo de Franquesa en el lugar del hernaniarra Gorka Kijera.

Más que las alineaciones, lo más destacable fueron los planteamientos de los dos entrenadores, que evitaron los riesgos en su campo y prefirieron el juego directo Así la Real tuvo presente que el Mirandés marcó en Anoeta en un robo de balón a la hora de intentar sacar el balón jugado y no buscó nunca iniciar el juego con sus centrales ni con sus centrocampistas.

Juego directo y a pelear

Remiro buscó sistemáticamente los envíos largos, motivo por el que Imanol se decantó por Willian José como delantero centro, para pelear junto con Merino las disputas aéreas, buscar las segundas jugadas y empezar su presión allí y que el balón estuviera cerca del área del Mirandés el mayor tiempo posible.

Así la Real tuvo menos posesión de lo habitual, pero creó más ocasiones en el primer tiempo con dos centros de Oyarzabal que remató Januzaj y un disparo de Willian José desde fuera del área que despejó el portero Limones. Era clave marcar primero y lo consiguió la Real por mediación de Mikel Oyarzabal, infalible desde los once metros, en un penalti que no admitió discusión porque Malsa cortó con la mano extendida un centro de Zaldua desde la banda derecha que volvió a buscar la Real para aprovechar el momento dulce y capacidad de desequilibrio de Januzaj.

Si con el 0-0 al Mirandés le bastaba con un gol para clasificarse, el tanto del capitán blanquiazul le obligaba a marcar tres para conseguir ese objetivo en la segunda parte cuando en la primera solo inquietó en una falta lanzada por Merquelanz que intentó rematar Sergio González en una jugada anulada por fuera de juego.

Segundo tiempo controlado

La Real no se limitó a defender su ventaja y nada más salir de los vestuarios Januzaj envió un balón al larguero tras una buena jugada individual. El Mirandés tuvo un remate de Guridi en una falta que despejó Zubeldia y un cabezazo de Matheus que detuvo Remiro, pero no consiguió crear jugadas de ataque para marcar el gol que le permitiera meterse en la eliminatoria.

Los blanquiazules tuvieron controlado el partido en el segundo tiempo, no bajaron nunca su intensidad y concentración y se impusieron en los duelos al Mirandés. Andoni Iraola intentó buscar la reacción con la entrada de Marcos André y Mario Barco para acabar el partido con tres delanteros, pero no consiguieron marcar ni hacer dudar a los blanquiazules.

Más de un millar de aficionados realistas vivieron en el campo la histórica clasificación de su equipo y muchos más en Miranda a pesar de no tener la suerte de conseguir entrada. Las dos aficiones disfrutaron juntas desde las horas previas al partido de manera ejemplar y el ambiente fue espectacular en Anduva, donde las dos aficiones agradecieron a sus equipos tras el encuentro su brillante Copa.