Jon ORMAZABAL

Ludopatía y confinamiento, la tentación sigue viviendo en la red

Con un crecimiento exponencial en la última década, con la tecnología y la proliferación de casas de apuestas como principales transmisores, la ludopatía se ha extendido como una verdadera pandemia que tiene en los jóvenes a su mayor «grupo de riesgo». Como el Covid-19, es un virus que está acertando a mutar para seguir con su cometido.

En principio, las condiciones de este nuevo orden mundial impuesto por el estado de alarma sanitaria, con el parón de prácticamente todas las grandes competiciones deportivas del año, con alternativas de poco tirón, y el cierre de las salas físicas han resultado un duro revés para las apuestas deportivas.

Jdigital, la Asociación Española del Juego Digital, que engloba al 80% del sector, entre ellos operadores como Bet365, Betfair, William Hill o Sportium, reconoce que el golpe será duro para un sector que aglutina a 6.000 trabajadores y se habla ya de que un parón de 60 días podría suponer unas pérdidas de 125 millones. Sin embargo, en términos generales, no se puede hablar de un de un descenso en el juego online, sino simplemente de una mutación.

Libe Mariscal, sicóloga del centro Hazkunde de Bilbo lo explicaba muy gráficamente en su intervención en el programa En Jake de ETB. Hablaba de adicciones en general, pero el ejemplo sirve perfectamente para la ludopatía. «En este confinamiento puede haber personas adictas a la cocaína que no puedan acceder a ella. Pero cuando uno es adicto, lo es a estar colocado. Lo que hacen ahora es tomar las drogas que tienen a mano, por ejemplo, el alcohol y se colocan de otra manera. Es curioso, por ejemplo, que en la primera semana de confinamiento era el papel higiénico el que se agotaba y en la segunda es la cerveza. Por algo será». Póker, casinos online y bingos son las sustancias a mano del ludópata.

Desde ASAJER, Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación, Ana Herezuelo, nos explica que en su organización están apreciando tres realidades en estos días de confinamiento. «En personas adictas al juego que todavía presentan conductas de juego, el confinamiento y el cierre de los establecimientos de juego presencial les está favoreciendo para no jugar y les puede ayudar a reforzar el mantenimiento del no juego. En algunas de ellas, si presentan deseos de jugar, puede desencadenar en recurrir al juego online y a videojuegos, lo cual sería un importante riesgo. En la medida que una persona usa en exceso la tecnología, está más expuesta a recibir información y publicidad sobre este tipo de actividades».

Por otro lado, aprecian que personas adictas al juego que llevan un tiempo importante sin conductas de juego, el confinamiento, por un lado, les ayuda a mantenerse en esa situación y, por otro, poder trabajar aquellas situaciones asociadas al juego: «por ejemplo, el aburrimiento, la ocupación del tiempo o las relaciones con la familia. En este sector de la población el riesgo estaría más en si pasan por situaciones de tipo emocional que no sepan manejar de forma adecuada y se les despierte el deseo de jugar».

Por último, sí que aprecian «un riesgo en personas que pudieran iniciarse, o sea, las personas adolescentes y el colectivo de jóvenes. En dicha población, el riesgo estaría, sobre todo, en el aburrimiento, la curiosidad y experimentar con cosas prohibidas o el uso excesivo de la tecnología. Mayor riesgo con los videojuegos y el juego online; póker, casinos, tragaperras...».

No es sólo una apreciación personal, pues Alberto Garzón, ministro de Consumo del Gobierno español, constató entre semana este aumento, lo que les ha llevado a tomar una serie de medidas de restricción de la publicidad del juego y las apuestas online de ámbito estatal, que limitan la emisión de estos anuncios a la franja de 1.00 a 5.00 de la madrugada en televisiones, radios y plataformas de intercambio de vídeos como YouTube, mientras dure la declaración del estado de alarma.

Estas plataformas de juego online presentan, además, nuevas complicaciones. Por ejemplo, muchas de ellas son «ilegales», no ofrecen la posibilidad de que el jugador se autoexcluya, por adicto, una de las principales medidas de seguridad para estas personas.

Otro de los peligros extra de los casinos online, a diferencia de las apuesta deportivas, es que están abiertas 24 horas 365 días al año, sin depender de una agenda establecida.

Desde ASAJER valoran positivamente las medidas del Gobierno español, «aunque pensamos que la limitación debería ser total, ya que las tecnologías están siendo muy utilizadas en horarios nocturnos».

Preocupa la rutina

La vuelta a la rutina, ese anhelado sueño de todos, es, sin embargo, motivo de preocupación para ASAJER. «Nos preocupa la vuelta a la normalidad. El poder salir después de estar en confinamiento puede desencadenar conductas excesivas en el juego, en los consumos. Por otro lado, es probable que las personas opten por permanecer más tiempo en la calle y en los locales de ocio, lo cual genera un mayor contacto con el riesgo de este tipo de conductas. Pensamos que va a costar la vuelta a las rutinas anteriores –sueño, horarios, comidas, trabajo–, las cuales con el confinamiento han cambiado. A algunas personas, el quedarse en casa les está llevando a una vida desordenada y viven como si estuvieran de vacaciones, sobre todo en la población adolescente y jóvenes», concluye.

Adaptarse sobre la marcha a un tiempo sin terapias presenciales

El confinamiento está teniendo una incidencia directa en aquellas personas que estaban siendo tratadas de su adicción. «Estamos intentando adaptarnos a esta nueva situación en un tiempo récord, con muchas dificultades. Se han tenido que cancelar todo tipo de intervenciones presenciales y la asociación está cerrada. Ahora mismo, la atención se está realizando a través del teléfono y el e-mail», explica Herrezuelo.

«Lo más complicado es la terapia grupal y la opción es hacer terapia online, pero nos encontramos con la dificultad de no contar con los recursos técnicos y formativos necesarios. Ahora mismo toda intervención grupal está parada».

«Estamos trabajando más la terapia individual, intentamos estar lo más cerca posible de las personas para que sientan que no están solos y pueden contar con la asociación para hablar de cómo llevan el confinamiento, cómo va su evolución, exponer situaciones que les generen ansiedad, cómo llevan el juego y plantearles cuestiones para que la recuperación siga avanzando», apunta la responsable de ASAJER.J.O.