Iker BIZKARGUENAGA
BILBO

Pocos alumnos y mucha precaución en un regreso atípico a las clases

Sin más incidencias que las que acarrean por sí mismas las medidas destinadas a evitar la propagación del coronavirus, pero con una asistencia muy límitada, institutos y centros de FP de la CAV abrieron ayer sus aulas por primera vez desde marzo. Una vuelta atípica que nada tiene que ver con lo que el Ejecutivo había expuesto hace tres semanas.

Probablemente «normalidad» no es una definición que haga justicia a lo que se vivió ayer en los centros educativos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, donde el regreso a las aulas de los y las estudiantes de 4º de ESO, Bachillerato y Formación Profesional se produjo con una asistencia muy limitada y marcada por las medidas de protección, pero es la que utilizó la consejera de Educación para describir el discurrir de una jornada atípica, en la que apenas abrió el 20% de los institutos y donde solo en la FP hubo una asistencia importante.

Puede que Cristina Uriarte echara mano de ese recurso para referirse a la ausencia de incidencias en el primer día de una vuelta a la actividad presencial que se llevará a cabo de forma escalonada y a la que está llamado, sobre todo, el alumnado de los cursos donde se juega el cambio de ciclo educativo o la obtención de algún título.

«Siendo los centros educativos quienes mejor conocen a su alumnado, son ellos quienes han establecido su planificación y la organización de la actividad presencial hasta el final del curso», expuso en una nota el Departamento de Educación, que explicó que «dentro de la amplia casuística que se puede dar, hay centros que vuelven a la actividad docente habitual, o que centran las presencialidad en actividades de refuerzo o de tutoría», de igual modo que hay centros que finalizarán el curso de forma telemática y otros que combinan las dos modalidades.

Respecto a lo vivido en estos dos últimos meses, desde el cierre de los centros poco antes de decretarse el estado de alarma, la consejera valoró «el gran esfuerzo» que han efectuado estudiantes, profesorado y familias, pero también opinó que «este impulso de la presencialidad en el final de curso le va a venir muy bien a muchos de ellos».

Contra los planes de Lakua

Para quienes optaron por volver ayer, el reencuentro con sus compañeros y compañeras estuvo caracterizado por la distancia entre los pupitres, mayor que la que recordaban haber mantenido hasta marzo, la mascarilla permanente y el uso de los hidrogeles. Estas y otras medidas destinadas a evitar la propagación del covid-19 fueron el elemento más destacado de un regreso a que se ha producido de forma bastante atropellada.

De hecho, Lakua había fijado el 18 de mayo, y no el 25, como fecha para la reanudación de las clases, una opción que fue descartada posteriormente por la ausencia de «garantías jurídicas», según sostuvo el Ejecutivo, aunque sobre esta decisión pesó sobre todo la oposición que había mostrado la comunidad educativa a una vuelta sin garantías sanitarias y sin tiempo material para preparar los centros.

La rapidez con la que estos han tenido que adaptarse queda de manifiesto en la entrevista –publicada ayer en Naiz– de Ion Salgado a Nacho Eguizábal, director de Egibide, donde estudian más de 4.000 alumnos y alumnas de ESO, Bachiller y FP, que considera que la antelación con la que se gestó el plan para reanudar las clases «no fue suficiente». Eguizábal explica que ellos pudieron empezar ayer «porque empezamos a trabajar en el plan de contingencia, sin tener ninguna pauta, el día 8 de mayo, un día después de la comparecencia de prensa de la consejera, ya sabiendo que el día 18 no íbamos a poder volver».

«Ha sido una situación sobrevenida y no planificada, y creo que la vuelta a las aulas a la altura que estamos de curso podíamos haberla hecho con un poco más de diálogo y antelación», valora este director, quien, con todo, considera que «lo importante es hacer una planificación adecuada del curso 2020-2021». «Para eso –recuerda– necesitamos un marco en el que trabajar, porque nuestro marco normativo dice que el alumnado tiene que tener 175 días lectivos presenciales al año, y parece que eso no va a ser así».

Y es que si bien los centros educativos hace semanas que miran más allá del cierre a trompicones de este curso, todavía no han recibido noticias del Departamento respecto al modo en que se va a desarrollar el próximo, bien de forma presencial, a distancia o con una presencialidad limitada.

Los sindicatos, vigilantes

La organización de todo lo que vendrá después del verano empieza a urgir en los centros, y mirando a ese mismo horizonte, todos los sindicatos con representación en el sistema educativo exigieron a Lakua que «negocie y acuerde con la representación de las trabajadoras la planificación y las condiciones de inicio del próximo curso escolar, así como las medidas y protocolos de seguridad y salud necesarias».

ELA, LAB, Steilas, CCOO y UGT, que hicieron una concentración ante la sede del Ejecutivo en Gasteiz para mostrar su disconformidad con cómo se ha gestionado el regreso a la enseñanza presencial, celebraron que la mayoría de los centros ha optado por realizar planteamientos de fin de curso que van en la línea de la propuesta trasladada por las centrales al Departamento.

Aunque también advirtieron de que «seguimos estando atentos para asegurar que el retorno a los centros, tanto para los estudios presenciales como para el trabajo, se lleve a cabo con garantías sanitarias», y anunciaron que «en caso contrario, pondremos en marcha las movilizaciones, iniciativas y herramientas necesarias, hasta que haya garantías para la salud de trabajadoras y trabajadores y alumnado».

Y, del mismo modo, censuraron que «aunque el rechazo y la presión de los sindicatos y de toda la comunidad educativa han obligado al Departamento de Educación a modificar sus decisiones iniciales, está siendo muy grave e irresponsable la gestión que está realizando de cara a este atípico final de curso». «El Gobierno –lamentaron– está tomando constantemente decisiones unilaterales no consensuadas con los agentes educativos».

Precisamente, además de la reanudación de la enseñanza presencial en Bachillerato, FP y 4º de la ESO, la Orden publicada el pasado sábado por Lakua dispone la reincorporación, durante la primera semana de junio, del personal docente y no docente del resto de los ciclos y niveles, para la realización de la actividad educativa en los centros escolares.