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PLAN DE RECUPERACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA

Calvinismo y sobriedad: La Haya abandera la frugalidad en la UE

Nadie en la UE niega el tremendo impacto que ha tenido el parón económico provocado por la epidemia de coronavirus en las economías estatales. Y nadie cuestiona que algunos socios necesitan más ayuda que otros para recuperarse. Pero la unanimidad se rompe al hablar de cómo se materializará esa ayuda y, lo que es más importante, a cambio de qué.

M otivado por una mezcla de frugalidad calvinista y de pragmatismo político, en su esfuerzo por contener el gasto europeo relacionado con el covid-19, el Gobierno de Países Bajos se presenta, una vez más, como el defensor de la moderación económica, tal como señalan los expertos consultados por AFP.

Junto a Austria, Suecia y Dinamarca, se ha distinguido por su voluntad de frenar el plan de reactivación de 750.000 millones de euros propuesto por la Comisión Europea para ayudar a los socios más duramente castigados por la pandemia.

Para los “cuatro frugales”, cuya posición ha sido recibida con amargura por otros miembros de la Unión, este plan de recuperación económica beneficiará sobre todo a los estados del Sur.

Conocido por su inflexibilidad en cuestiones presupuestarias, Países Bajos se ha convertido en la última década en el abanderado de la moderación (o tacañería) de los países del Norte, durante mucho tiempo representada por Alemania.

La larga lista de dirigentes comunitarios que se han entrevistado recientemente con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, para preparar la cumbre que tendrá lugar en Bruselas la próxima semana subraya el papel clave que juega este país en las negociaciones.

La posición neerlandesa, fuertemente criticada en los últimos meses, encuentra sus raíces en la cultura y la historia del país. «Esto, realmente, está ligado a nuestro contexto cultural. Somos una nación de predicadores y de vendedores», comenta Jos Versteeg, analista del banco privado InsingerGilissen.

«En el norte todo tiene que ver con el calvinismo y el protestantismo: vive una vida sobria, no muestres tu riqueza. En el sur, la cultura es diferente», afirma en declaraciones a AFP.

Los neerlandeses fueron los primeros adeptos de Jean Calvin, teólogo francés y reformador protestante del siglo XVI cuya doctrina, en muchos de sus aspectos, persiste hoy en día.

«La nación más calvinista del mundo». Así la calificó su antiguo primer ministro Jan Peter Balkenende, quien añadió: «Trabajo duro, vida frugal y tenacidad en la opinión: esta es la composición típica de los neerlandeses». Países Bajos, que también tiene una orgullosa historia como nación comerciante, es ahora conocido en Europa como la voz de la firmeza en lo que concierne a cualquier plan de rescate destinado al Sur, como ocurrió durante la crisis de la deuda griega.

Jeroen Dijsselbloem, actual ministro de Finanzas y entonces presidente del Eurogrupo, provocó una fuerte controversia dejando caer que los países de la Europa del Sur se gastaban el dinero «en alcohol y mujeres».

Ahora muestra la misma rigidez con respecto al plan de recuperación de la UE para superar la pandemia del covid-19, abogando por que toda ayuda tome la forma de préstamos acompañados de sólidas promesas de reformas, y no de subvenciones.

De cara a la cumbre de Bruselas, Mark Rutte se entrevistará hoy con la canciller alemana, Angela Merkel, que desde el día 1 ocupa la Presidencia de turno del Consejo de la UE. Ya se ha reunido con el presidente francés, Emmanuel Macron, otro de los avalistas del plan de la Comisión Europea.

Para los expertos, la apelación de los neerlandeses a las reformas económicas tiene que ver tanto con su política interior como con su deseo de que la UE cambie de rumbo. «Todas las políticas son locales. Creo que una razón importante de lo que ocurre está en la situación nacional, y no en la internacional», analiza Bas Jacobs, profesor de economía en la Universidad Erasmus de Rotterdam.

Las próximas elecciones legislativas en Países Bajos tendrán lugar en 2021 y las formaciones de extrema derecha están ganando terreno. «Los partidos de centro-derecha tienen miedo de los partidos populistas de derecha contrarios a la UE, y todo está relacionado con eso», lo que, considera Jacobs, explicaría en parte la dureza de las sugerencias de La Haya ante la Unión.

La idea de que los neerlandeses son «gente económicamente sobria es algo que, ciertamente, a los políticos les gusta explotar», añade. La semana pasada, Rutte reiteró que las reformas en los países del Sur son una «precondición absoluta» para llegar a un acuerdo sobre un plan de rescate.

Los analistas, no obstante, advierten a Países Bajos, uno de los fundadores de la UE, del riesgo de una política europea demasiado ahorradora. «Creo que han cometido un error al no querer actuar generosamente cuando toda Europa estaba en llamas», lamenta Jacobs. .