Iñaki IRIONDO
GASTEIZ
ELECCIONES AUTONÓMICAS DEL 12 DE JUNIO

Inédita hegemonía abertzale y mayoría de izquierdas por el subidón de EH Bildu

Nunca antes ha habido en el Parlamento de Gasteiz una hegemonía abertzale semejante, propiciada sobre todo por el subidón de EH Bildu. Pero hay también una mayoría de izquierdas en la Cámara.

El Parlamento que sale de las elecciones de ayer es el de mayor hegemonía abertzale de toda la historia. Además, las llamadas izquierdas también suman mayoría absoluta. En ambos casos hay un elemento en común, la enorme subida experimentada por EH Bildu, que en medio de un desplome general de la participación, consigue subir en votos.

Con la mayor abstención conocida nunca en unas elecciones autonómicas en la CAV, la formación de la izquierda independentista ha crecido de las 225.172 papeletas de 2016 a las cerca de los 250.000 que alcanzará en esta ocasión, cuando acabe el recuento de los votos llegados desde el exterior. Y en total van a ser 22 escaños, por encima de los 18 de 2016 y también de los iniciales 21 de 2012, cuando Elkarrekin Podemos no estaba en el tablero electoral.

El PNV vuelve a ganar. Pero probablemente en Sabin Etxea haya un regusto amargo. Ha obtenido un escaño más por cada territorio, como pedía, pero ha perdido votos y, después de haber centrado buena parte de su campaña en atacarla, ve mucho más cerca a EH Bildu de lo que estaba antes de la convocatoria de estas elecciones.

Pero lo que resulta innegable –y apabullante– es que entre ambas fuerzas suman 53 escaños, dos tercios del conjunto del Parlamento, lo que debería ser tenido en cuenta incluso por sus propios protagonistas de cara a la búsqueda de un nuevo estatus a lo largo de esta legislatura.

Mayoría de izquierdas

Pero en esta Cámara de hegemonía abertzale también hay una mayoría de izquierdas. Y lo es también por el descomunal ascenso de EH Bildu.

El PSE no ha conseguido rentabilizar ni su pacto con el PNV en el Gobierno de Lakua, ni su mando único desde la Moncloa. Tampoco han ido a su cuenta de resultados las papeletas que a chorros ha perdido Elkarrekin Podemos. Se diría que el partido de Idoia Mendia debería reflexionar si le conviene mantener su relación de subordinación hacia el PNV en las instituciones vascas. Ha ganado un parlamentario, pero su proporción con los jeltzales no varía, a pesar de que en esta ocasión tenía varios factores a su favor.

Elkarrekin Podemos-IU ha perdido más de la mitad de los votos que obtuvo en 2016, aunque la ley D’Hont hace que en escaños esa debacle se quede en pasar de 11 a 6 escaños que, aunque es enorme, no lo es tanto viendo la sangría de papeletas que ha padecido.

La formación morada acumula este golpe al todavía mayor recibido en Galiza, donde ha quedado fuera del Parlamento. El partido de Pablo Iglesias deberá reflexionar sobre su obsesión en marcar toda su estrategia política desde Madrid.

En todo caso, las formaciones que se reclaman de izquierda logran 38 escaños, mayoría absoluta en el Parlamento. Probablemente es una suma que no se activará en la investidura, pero que quedará ahí para toda la legislatura, con los vaivenes que pueden darse en los próximos años.

Su primer reflejo puede ser que ya hay líderes del PSE que apuntan a dejar de gobernar con el PNV y pasar a la oposición constructiva y colaborativa.

La menor participación: 52,8%

No se ha conocido en la historia de las elecciones autonómicas de la CAV una participación tan baja como la de ayer, que apenas llegó al 52,82%. Es decir, la abstención subió hasta el 47,14%. Cabía pensar que esto iba a ser así, atendiendo a la fecha elegida para la convocatoria, en pleno mes de julio, así como las circunstancias, el medio de una pandemia de salud.

Evidentemente, nadie desde el Gobierno va a asumir su responsabilidad. Autocrítica sincera es un término que no entra en su diccionario. Tampoco tendrá interés en aprender la lección que le ha dado el Ayuntamiento de Ordizia, sobre cómo con trabajo comunal se pueden amortiguar los temores a votar.

Pero hay un hecho en el que también conviene fijar la atención, el abstencionismo ha incidido mucho más en el electorado unionista que en el abertzale, lo que también tiene un reflejo en la composición del Parlamento que ha salido de las urnas, y se ve además en los distintos índices de participación que se dan en cada uno de los tres territorios.

El batacazo de PP+Cs

Pocas veces una suma ha restado tanto. PP y Ciudadanos tuvieron 129.248 papeletas en 2016. Cuatro años después, se han quedado en 66.299, prácticamente la mitad. Un tortazo en votos y también en porcentaje, cayendo del 12,21% al 6,75%.

La ocurrencia de Pablo Casado de cambiar en medio de la carrera a Alfonso Alonso por Carlos Iturgaiz, una referencia –no precisamente exitosa– del pasado, que ha mantenido también todo el discurso de su partido con un desfase de 22 años. La derecha unionista va camino de la irrelevancia en el Parlamento de Gasteiz. No podremos saber qué hubiera ocurrido de haber permitido al PP de la CAV mantener un discurso propio y neoforalista. La alianza con Cs ha sido un desastre. Dijo ayer Carlos Iturgaiz que estaba satisfecho de haber vencido a las encuestas, después de derrumbarse de 9 a 5 escaños, cuando en 2001 llegó a tener 19.

Vox entra con 4.722 votos

Vox ha conseguido entrar en el Parlamento con 4.722 votos logrados en Araba. Ayer lo festejaron con ruido en un hotel de Gasteiz, y probablemente es lo único que consiga hacer en el Parlamento, puesto que ese único escaño no va a ser determinante para nada, al contrario que el de UPyD que fue el fiel de la balanza (el escaño 38 para cualquier mayoría) hace dos legislaturas.

El electorado, en circunstancias muy difíciles e inéditas, ha dibujado un Parlamento también desconocido y sin referencias de pasado. Todo hace pensar en que se mantendrá la inercia del pacto PNV-PSE. Falta saber por cuánto tiempo.