¿Cuál es la evolución actual de la pandemia en Ipar Euskal Herria?

Nosotros observamos las cifras del 64 [el número del Departamento de Pirineos Atlánticos, que también engloba al Bearn], no tenemos un enfoque particular sobre el País Vasco, pero como hacemos un seguimiento de la situación con precisión, podemos decir que sí hay una vigilancia particular.

El virus circula mucho más que al principio del verano. Está circulando, aunque la situación sigue estando controlada. No hay que fomentar el miedo. Las palancas que hay que activar son las campañas de detección masivas. Además de la oferta de los laboratorios, nosotros realizamos campañas de detección en todos los puntos turísticos del País Vasco. Continuamos haciéndolas en los principales municipios costeros del departamento y también vamos a montar un operativo en el aeropuerto de Biarritz. En resumen, lo hacemos por todas partes, para que la gente no tenga que ir muy lejos para hacerse la prueba.

Han aparecido nuevos casos de covid-19, especialmente en Bidarte pero también en el interior, como en Ortzaize. Son más numerosos que antes...

Es cierto que se oye que hay más casos que antes. Hay dos razones. Por un lado, se hacen muchos más test que antes y, por lo tanto, se detectan más casos; es normal. Pero también hay más flujo de personas por el verano. También hay muchos más eventos festivos en familia. Es una realidad: el virus circula porque la gente circula mucho más que antes.

¿Cuál es la capacidad para realizar test de la Agencia Regional de la Salud (ARS)? ¿Y la de los laboratorios, que están desbordados?

Tenemos suerte porque tenemos muchos laboratorios. Pero, pese a ello, tiene razón al decir que están muy apurados. Tienen una gran demanda porque, además de las pruebas que hacemos nosotros, la gente va por su cuenta a hacerse el test a un laboratorio cercano a su domicilio, lo cual está bien. Otros son enviados por su médico de cabecera si tienen síntomas.

A todo ello se suma que, para facilitar la vida de nuestros conciudadanos, la ARS, junto a los alcaldes de los municipios concernidos, ofrece iniciativas para hacer pruebas allí donde están los turistas, donde está la gente.

No es fácil montar este tipo de operativos. Una vez que los alcaldes nos hacen la solicitud y nos ponemos de acuerdo con ellos, es necesario encontrar un laboratorio que pueda desplazarse y poner a disposición las muestras. Detrás hay toda una logística. Esto no se hace con un simple golpe de varita mágica.

¿No lo van a organizar en el interior del País Vasco?

Vamos a hacerlo en el interior. Ya tenemos previsto hacerlo en Ossès (Ortzaize) y en Saint- Saint-Étienne-de-Baïgorry (Baigorri). Por ahora toca hacerlo en la costa porque, numéricamente, hay más gente.

Los servicios del Estado aseguraron que el territorio tendría la posibilidad de realizar 7.000 test por día. ¿Eso es una realidad a día de hoy?

Sí, tenemos una fuerza de choque bastante importante. El 14 y el 15 de agosto hemos hecho más de 1.200 test por día. Hacemos muchas pruebas.

¿Hay dificultades para responder a la demanda existente?

No hay dificultades, pero hay un poco de tensión. Es decir, pedimos que los test sean restituidos 24 horas después. Esa es la norma. No hace falta esperar mucho más tiempo. El objetivo es romper las cadenas de transmisión. En algunas de las zonas con más presión es verdad que tenemos que esperar un poco más de esas 24 horas. En algunos casos se llega hasta 48 horas.

Hemos recogido el testimonio de una persona en Baiona que fue invitada a hacer el test varios días más tarde.

No lo voy a ocultar, hay tensiones, porque los laboratorios realmente están muy atareados. Pero hay sistemas de organización que pueden crear los laboratorios, y que lo están haciendo. Por ejemplo, cuando un médico tiene en su consulta a una persona sintomática que no puede esperar, llama al laboratorio e indica al paciente cuál es el laboratorio al que tiene que ir tan pronto como esté abierto. El médico también puede llamar al laboratorio para decir ‘gracias por recibir a la señora o el señor X antes de las 9.00, antes de que lleguen otras personas, porque sé que ésta presenta síntomas’.

Sé que podemos contar con la disponibilidad y el compromiso de los laboratorios. Como sucede en todas partes. Hablamos de trenes que generalmente no llegan a su hora, al igual que vamos a hablar de personas que esperan ocho días. Y, además, usted dispone del hospital, donde también puede hacerse la prueba.

¿Podemos hablar de una segunda ola de coronavirus?

No lo sé. Quiero ser modesta. Se habla mucho de la segunda ola, pero yo soy muy pragmática. Lo que veo es que, en una situación que siempre ha estado controlada en el 64 –incluyendo el País Vasco–, el virus vuelve a rebrotar. Eso es cierto porque lo veo en las cifras. ¿Se trata de una segunda ola, estamos en ella o no? Creo que todavía hay que esperar para decirlo.

¿Qué va a hacer la ARS ante este aumento de casos?

Vamos a poner aún más de nuestra parte. Ya estamos testando masivamente por todas partes. Después del 15 de marzo esto se calma un poco, pero vamos a seguir haciendo la misma oferta. Quizás en otros lugares. No bajamos la guardia. Continuaremos difundiendo mensajes de precaución: que se respeten los gestos barrera, el uso de mascarilla, lavarse las manos, la distancia social... Con todo esto, vamos a seguir controlándolo.

¿Reabrirán los centros médicos avanzados (hospitales de campaña)?

Aún no hemos llegado a ese punto. Estamos continuamente en relación con los médicos. Lo que es importante saber es que los centros médicos avanzados, que están inactivos, pueden reactivarse muy rápidamente.

¿Qué tipo de dispositivo se pondrá en marcha para la «rentrée» escolar?

En esto estamos trabajando sobre protocolos, se está haciendo junto al Ministerio de Educación, con el fin permitir que la vuelta al cole se haga de la mejor forma posible.