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WISCONSIN
CONVENCIÓN DEL PARTIDO DEMÓCRATA EN EEUU

El rechazo a Donald Trump aglutina a los demócratas tras Biden

La cuestión «a favor o contra Trump» prima sobre «Trump o Biden» a la hora de aglutinar el voto demócrata en torno al exvicepresidente, designado candidato oficialmente el martes en la convención demócrata. Los discursos de apoyo se dedicaron a atacar a Trump en una convención que siguió apelando al voto republicano decepcionado.

La intervención la pasada noche del expresidente Barack Obama y de la senadora Kamala Harris, candidata a la Vicepresidencia, fue el momento álgido de la convención demócrata tras la designación oficial del expresidente Joe Biden como candidato a la Casa Blanca.

Biden tuvo en ellos los dos principales apoyos de la noche para lograr llegar al despacho oval en una inusual convención telemática, que ha sustituido los bailes, gritos y concentraciones de masas por la atención a las pantallas y las imágenes televisadas, organizada desde un centro de conferencias de Milwaukee sin apenas militantes.

La intensidad del acto virtual ha ido en aumento hasta el discurso final de esta noche de Biden, también ausente de Milwaukee (Wisconsin), uno de los estados clave en los comicios.

La designación de Biden dio paso ayer a la de Kamala Harris, que envió su discurso desde Wilmington, la ciudad de Biden en Delaware.

El Partido Demócrata espera que la ex fiscal general de California, hija de padre jamaicano y madre india, atraiga el voto de las minorías étnicas y refleje el «sueño americano» de los inmigrantes, un objetivo en el que fracasó Hillary Clinton en 2016.

La jornada del martes contó también con la intervención de los expresidentes Bill Clinton y Jimmy Carter, así como de Hillary Clinton, entre otros.

Los discursos continuaron la estrategia seguida por otras figuras importantes del Partido Demócrata, como Michelle Obama o el senador por Vermont y exaspirante a la candidatura, Bernie Sanders: atacar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump durante su intervención de apoyo a Biden.

Señalar a Trump como un peligro para el país ha sido el aglutinador de sectores dispares del partido, desde los del que se autodenomina socialistas a los más cercanos al establishment.

«Si quieres un presidente que defina su trabajo pasando las horas del día viendo televisión y atacando a la gente en las redes sociales, él es tu hombre», afirmó Clinton en referencia a Trump, cuya actitud reconoce que puede ser entretenida, pero que «se derrumba cual castillo de naipes» cuando se enfrenta a una crisis real. «Donald Trump dice que estamos liderando el mundo. Bueno, somos la única economía industrial importante que ha triplicado su tasa de desempleo. En un momento como este, el Despacho Oval debería ser un centro de mando. En cambio, es el ojo de la tormenta, sólo hay caos», añadió.

En su intervención, que no superó los cinco minutos, Clinton, criticó al presidente por «negar su responsabilidad y echar balones fuera» durante la crisis sanitaria, en la que ya han muerto en Estados Unidos casi 171.800 personas.

De Biden, Clinton dijo que «está listo para trabajar», que es «un tipo con los pies en la tierra», cuya «misión» es «asumir responsabilidades» y «unir» a los estadounidenses.

Jimmy Carter elogió que Biden «tiene la experiencia, el carácter y la decencia para unirnos y restaurar la grandeza de Estados Unidos. Merecemos una persona con integridad y juicio, alguien que sea honesto y justo».

Entre otros demócratas también participó el que fuera secretario de Estado y candidato a la Presidencia en 2004, John Kerry, quien aprovechó para atacar a Rusia a través de Trump, cuya actitud, dijo, pone en peligro los intereses, los ideales y a los «valientes hombres y mujeres de uniforme» de EEUU.

«Donald Trump finge que Rusia no atacó nuestras elecciones. Y ahora, no hace nada para que Rusia recompense a nuestras tropas. Así que no defenderá nuestro país. No sabe cómo defender nuestras tropas. La única persona a la que está interesada en defender es a él mismo», insistió.

Precisamente el martes, la Comisión de Inteligencia del Senado hizo público su informe sobre la investigación de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 que ganó Trump y en el que acusa a la Casa Blanca de obstaculizar la investigación y señala al jefe de campaña del presidente, Paul Manafort, como posible enlace co el alto cargo ruso responsable de la filtración de correos del Partido Demócrata.

Más apoyos republicanos

Si en la jornada anterior, hasta cuatro republicanos participaron en la inauguración de la Convención Demócrata, entre ellos el antiguo gobernador de Ohio John Kasich –con un esfuerzo por atraer al votante más conservador, pero decepcionado con Trump– el martes intervinieron Colin Powell, secretario de Estado durante la primera etapa del Gobierno de George W. Bush, o la mujer del fallecido e icónico senador John McCain –con quien Joe Biden mantenía una estrecha amistad–, quienes respaldaron la candidatura del demócrata.

Powell aseguró que con Biden en la Casa Blanca, volverá el apoyo a los «amigos» de Estados Unidos. «Confiará en nuestros diplomáticos y en nuestros servicios de Inteligencia, se acabarán los halagos a dictadores y déspotas».

Powell, en la Administración Bush durante la invasión de Irak, afirmó que EEUU «necesita un comandante en jefe que se encargue de nuestras tropas de la misma manera que lo haría con su propia familia» y no un presidente como Trump «que hace todo lo que está a su alcance para mantener al país dividido».

Kamala Harris intentará reforzar el voto latino

«Una aliada, una defensora de la comunidad latina», definió Joe Biden a Kamala Harris, la mujer que ha elegido como vicepresidenta si gana las elecciones, y que ayer fue designada oficialmente en la convención demócrata. Como mujer no blanca, hija de inmigrantes, Harris intentará movilizar el voto de los hispanos, mayoritariamente enfrentados al presidente, Donald Trump. Los latinos serán, por primera vez, la principal minoría étnica en una elección presidencial, con una proyección de 32 millones electores, 13,3% del total, según el instituto Pew.

En las elecciones de 2018, cuando el Partido Republicano perdió el control de la Cámara de Representantes, el 69% de los votantes latinos optó por demócratas. Según Christine Marie Sierra, profesora emérita de Ciencias Políticas de la Universidad de Nuevo México, esta tendencia se mantendrá, pero la llegada de Harris «puede cambiar el nivel de entusiasmo, lo que se traduce en mayores tasas de votación y posibles victorias en elecciones reñidas». «Harris representa una historia de inmigrantes», hija de una india y un jamaicano, «y eso ya ha generado mucha emoción entre las comunidades de inmigrantes», añadió.

Una encuesta de Latino Decisions mostró que el 59% de los votantes latinos encuestados en estados clave en las elecciones estaban entusiasmados con la entrada de Harris a la candidatura de Biden, y el 52% aseguró que los inclinará a votar por el exvicepresidente. «La selección de Harris es una oportunidad para que Biden capitalice el voto latino y movilice a los jóvenes votantes latinos», opinó Anais López, analista de Latino Decisions.

Pero Biden se enfrenta a su historial sobre inmigración cuando era vicepresidente de un Ejecutivo que deportó a casi tres millones de inmigrantes en situación irregular. Ahora se compromete a restituir DACA, el programa que permite estudiar y trabajar a cientos de miles de personas que llegaron al país de niños.

En 2016, Trump obtuvo el 30% del voto latino, entre los cubano-estadounidenses, que tienden a apoyar a los republicanos, pero también de los veteranos de guerra o los evangélicos centroamericanos. Y Florida concentra buena parte de ese electorado. Christian Ulvert, estratega del Partido Demócrata en Miami, asegura que su formación está conquistando a los descendientes de cubanos más jóvenes, así como a la comunidad colombiana y puertorriqueña. Con muchos indecisos, aplicarán una campaña «agresiva» a la que Harris «aporta un gran valor», explica. En Florida pesa también Venezuela y la relación que un posible Gobierno Biden-Harris tenga con Caracas. Como Trump, Harris ha calificado a Nicolás Maduro de «dictador represivo y corrupto» y ha prometido impulsar un estatuto de protección para venezolanos.GARA

Los discursos más progresistas se quedan relegados a un segundo plano

Entre las figuras demócratas que abrieron la jornada del martes en la convención, participaron una veintena de figuras emergentes dentro del partido, pero el discurso más progresista quedó reducido a un segundo plano, en una campaña que parece optar por captar al republicano decepcionado y a las «clases medias» a las que Trump sedujo en 2016. Apenas un minuto se le concedió a la representante de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, partidaria de Bernie Sanders durante las primarias. Finalmente, utilizó minuto y medio.

Ocasio-Cortez rompió con la homogeneidad del resto de discursos, y no solo no atacó directamente a Trump, sino que tampoco apoyó la candidatura de Joe Biden. Al contrario, reivindicó la figura del senador Bernie Sanders, aspirante a la candidatura.

«En una época en la que millones de personas en Estados Unidos buscan soluciones profundas para nuestras crisis de desalojos masivos, desempleo y falta de atención médica (...) por la presente apoyo la nominación del senador Bernard Sanders de Vermont para presidente de Estados Unidos de América», anunció. Intercalando frases en español, señaló que hay un «movimiento social de masas» que se ha percatado «de la brutalidad insostenible de una economía que recompensa las desigualdades de riqueza para unos pocos a expensas de la estabilidad a largo plazo de muchos» y, por ello, «ha organizado una histórica campaña de para recuperar nuestra democracia». Ocasio-Cortez se declaró fiel a ese movimiento «que trabaja para instaurar los derechos sociales, económicos y humanos del siglo XXI, incluida la atención médica garantizada, educación superior, salarios dignos y derechos laborales para todos». «Un movimiento –añadió– que se esfuerza por reconocer y reparar las heridas de la injusticia racial, la colonización, la misoginia y la homofobia, por proponer y construir sistemas reinventados de inmigración y una política exterior que rechace la violencia y la xenofobia de nuestro pasado».

Sanders, que el primer día ya pidió el voto para Biden, suspendió su campaña hace meses, pero mantuvo la candidatura como forma de presionar al partido para inclinar las políticas hacia posturas más progresistas. Finalmente, Biden obtuvo más de 3.500 votos, mientras que Sanders logró 1.150 apoyos.GARA