Mañana 12 de octubre es el Día de la Raza, de la Hispanidad y de la Virgen del Pilar que no quería ser francesa y acostumbraba a presentarse en cuerpo mortal por las esquinas, patrona del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil. Todo un año esperando a ver el gran desfile militar que lo conmemora y este gobierno «fasciocomunista», en palabras de Carlos José Iturgaiz, el flamante nuevo presidente del PP de la CAV, con la excusa de la pandemia lo ha reducido a un paseíllo por el patio del Palacio Real de la Madrid confinada. Este año ni apoteosis de los paracaidistas abrazafarolas ni cetrinos novios de la muerte, mentón erguido, arremangada y abierta camisa mostrando tatuajes y bronceados pectorales para éxtasis de Cayetanas, Macarenas y algún que otro obispo castrense. Este año ni el cochino jabalí ni la cabra y eso que Margarita Robles, la socialista, hace tan solo unos días en el acto de celebración del centenario de la Legión española ‘‘Cien años de valor, el valor de cien años’’ (sic) dirigiéndose a los hijos de Millán Astray afirmó sin despeinarse: «sois valientes, generosos, leales, sois un orgullo para toda España y sois el futuro, un ejemplo para Europa». O sea que el futuro poscovid-19 será mazo viril y vestirá con correajes.

Este tiempo de pandemia, en esto que algunos llaman España, lejos de llevarnos a la reflexión debido a una mayor cercanía de las posibilidades de enfermedad o muerte propia o de seres próximos, de dar valor a lo que realmente tiene valor, a darnos cuenta que la vida no es tan larga como para perderla en mezquindades; a muchos, demasiados, los afianza en la imbecilidad más supina. Un refuerzo de los prejuicios y la sinrazón. ¿La Guardia Civil es la garante de nuestras libertades? ¿La Legión es el orgullo de España y el futuro? Eso los que se dicen de izquierdas. ¿Y los colegas del acordeonista? ¿Qué más tiene les tiene que hacer a los madrileños la lunática que les gobierna para que reaccionen? Resulta todo tan desolador. Y encima sin desfile para poder hacer risas. Vaya mierda.