Maria Teresa Santamaria y Manoli Etxeberria
Biladi y Komite Internazionalistak
KOLABORAZIOA

Un equipo ciclista israelí tampoco es bien recibido en Euskal Herria

Una vez más en un evento deportivo va a participar un equipo ciclista, el Israel Start Up Nation, que representa a Israel en la competición y que lo hace además con todos los honores de un gran equipo joven, financiado sobre todo por el multimillonario israelo-canadiense Sylvan Adams y con apoyo del Ministerio de Turismo israelí. Este país que viola sistemáticamente la legalidad internacional, utiliza el deporte como estrategia de marketing para tratar de normalizar en el exterior, como han dicho en numerosas ocasiones «sus atletas entienden que estar en un equipo israelí los convierte en embajadores de Israel».

Dicen que hay que separar el deporte de la política. Que se lo digan a Alaa al-Dali, ciclista de 21 años palestino, que le amputaron una pierna tras un disparo de un francotirador israelí durante la Gran Marcha del Retorno, rompiendo su sueño de participar en los juegos Asiáticos del 2018. Además, el Estado sionista de Israel niega sistemáticamente el desarrollo de actividades culturales, académicas, deportivas, económicas y sociales del pueblo. No respeta el derecho al deporte, más bien al contrario, impone obstáculos a la práctica de la actividad deportiva, destruyendo estadios, impidiendo entrenamientos o desplazamientos de deportistas de Gaza a Cisjordania o de los equipos nacionales fuera de los Territorios Ocupados para participar en competiciones internacionales, cuando no bombardea directamente las instalaciones deportivas.

El boicot deportivo lanzado contra Sudáfrica, cuando ésta era gobernada por un régimen de apartheid, tuvo un impacto considerable porque la minoría gobernante había apostado fuertemente por el deporte, les producía un gran orgullo que sus equipos ganasen. Comparándolo con el que se aplicó a Sudáfrica, el boicot deportivo contra Israel no supone en principio un golpe tan duro a su autoestima. Al Gobierno israelí, la presencia del equipo ciclista Israel Start Up Nation en la Vuelta le supone una propaganda de normalización de país, intentar mantener su fachada democrática y un lavado de cara a sus crímenes contra la humanidad y a su condición de estado de apartheid. Sabemos, a pesar de sus intentos de participación en eventos deportivos, que Israel es un estado genocida.

La situación de pandemia no nos permite dar la bienvenida a este equipo ciclista como nos gustaría, con presencia de banderas palestinas durante la carrera, con un rechazo de la ciudadanía de Euskal Herria a un equipo que representa a un país que viola sistemáticamente los derechos del pueblo palestino y exigiendo a las instituciones que asuman su responsabilidad que no programen actos culturales y deportivos que intentan trasladar la cara amable del Gobierno israelí, y que abandonen toda política de colaboración económica con Israel.

Reconocemos el derecho a utilizar el boicot como herramienta civil no violenta de solidaridad con Palestina y con aquellos otros pueblos sometidos a ocupación como se ha hecho a lo largo de la historia. Reclamamos a Israel el cumplimiento de las normas de derecho internacional, el fin de la ocupación militar de Palestina, la supresión del muro, el fin de la discriminación racial, el fin del asedio de Gaza, y el derecho al retorno de las personas refugiadas.