Fede de los Ríos
JOPUNTUA

La transpandemia

La pandemia nos cambiará la vida, habrá que adaptarse a la nueva normalidad, saldremos mejores porque la pandemia saca lo mejor de nosotros mismos. El virus no entiende de clases sociales, etcétera, etcétera, etcétera… decían los nuevos eslóganes de los llamados a liderar la opinión pública que llaman creativos. Qué cosas hay que oír.

Yo ya era malo y me he vuelto peor, es decir, pésimo; será la cosa del pesimismo. En toda mi vida me he pegado con nadie de mi especie animal y últimamente siento deseos de matar a muchos de mis congéneres. Es ver el no-debate parlamentario y empezar a segregar bilis y empezar a pensar que Pol-Pot era un caballero.

¿En qué ha cambiado mi vida? Por más que lo pienso no encuentro un antes y un después de la amenaza vírica. Nunca participé en orgías de más de seis ni asistí a un estadio de balompié. El deporte me aburre sobremanera, si acaso algún paseo en bicicleta para el verano. Lo más significativo, la mascarilla, un tormento para los padecientes de disnea y portadores de anteojos.

La nueva normalidad sigue siendo tan anormal como antigua normalidad. Acaban de nombrar, de nuevo, consejero de Iberdrola a Ángel Acebes Paniagua (antes lo había dejado por unos asuntillos de Bankia que la justicia española de la nueva normalidad ha tenido bien en absolver. Ángel Jesús el paniaguado exministro de Interior aquél de «ha sido la ETA, ha sido la ETA» en los atentados del 11M. La prueba concluyente, una casete de la Orquesta Mondragón encontrado en la furgoneta. Había otra del Dúo Dinámico pero, aún asemejándose más a dinamita, se descartó.

La prensa democrática igual de «normal»: «Evo Morales dimite tras perder el apoyo del Ejército y de la calle por el fraude electoral», titulaba “ABC” en tiempos pre-covid. Hace dos días, ante el triunfo del MAS con más del 55% de los votos, el mismo “ABC” tituló: «La derrota de Morales en Bolivia» aduciendo que Luis Arce, compañero de Evo ahora en el exilio, ha obtenido más votos que éste en las elecciones anteriores al golpe de Estado.

Los pobres más jodidos, los ricos tan ricamente.