El exconsejero de Sanidad del Gobierno de Lakua Rafael Bengoa declaró ayer que si se mantienen las cifras actuales de la pandemia en el Estado español y no se logra que desciendan, «es inevitable, dentro de una o dos semanas, al ver que esto no está funcionando, ir a un confinamiento domiciliario».

En declaraciones a Catalunya Radio, el también exasesor de Barack Obama y exdirector de Sistemas de Salud de la OMS insistió en que, «si consiguiéramos bajar los números y rastreáramos mejor se podría convivir con el virus, pero esto no esta funcionando y por lo tanto es necesario pasar al siguiente nivel». Respecto a ese eventual segundo confinamiento, el experto en salud pública opinó que sería más corto, pues «estamos hablando de un mes», como el que se han planteado o se plantean ya otros países europeos, y permitiendo a los niños acudir al colegio, a diferencia del que se aplicó en marzo y abril.

También, a diferencia de esos meses, consideró que sería importante «no razonar como entonces» y asegurar que, mientras estamos confinados, se van montando todos los sistemas de rastreo y seguimiento», para que, cuando bajen las cifras, «la infraestructura de control de los brotes no se nos vaya otra vez de las manos».

La segunda ola era previsible

Bengoa pronosticó que próximamente «quizás» se vuelvan a ver «los hospitales abrumados con pacientes» y, dando por supuesto que el comportamiento irresponsable de una parte de la ciudadanía «no va a cambiar», opinó que «el confinamiento va a ser la mejor medida». Señaló además que la segunda ola era previsible y que, si bien la primera fue «una tormenta perfecta», al ser impredecible, «uno no puede dejarse pillar por la segunda oleada de la forma como nos hemos dejado pillar en Europa».

«En Oriente –explicó– no se han dejado pillar por una segunda oleada porque tenían un buen sistema de seguimiento y rastreos montado», por lo que consideró «importante imitar más a Oriente y menos a Occidente; nos falta un poco de humildad para aprender de otros que sí están controlando las cosas».

Bengoa advirtió de que «no hay que razonar en términos de salvar la Navidad», pues eso es lo que se hizo meses atrás cuando se dijo: «Hay que salvar el verano, hay que abrir turismo y los bares». «El verano ha sido una especie de espejismo de normalidad y lo que debemos pensar es que, como no hemos utilizado bien el verano para fortalecer nuestros sistemas de rastreo y seguimiento, ahora es necesario tomar decisiones más severas», apostilló.