Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Maradona, el Pelusa

Con la muerte de Maradona el mundo se ha conmocionado. El fútbol ha escrito su página más pasional y, en pocas horas, el Pelusa, se ha convertido en ese «superhombre de masas» que Umberto Eco asoció con los personajes de las novelas populares que van desde el Conde de Montecristo al agente 007. Y no resulta extraño. De las villas miseria de Buenos Aires a la gloria de oro del fútbol, en medio, existió un hombre hijo de su tiempo y de su país, que vivió en un claro oscuro de fuertes contradicciones, lo que hace que algunos le adoren y otras condenen cada momento de su vida. Las manifestaciones de fervor a Maradona, en los barrios bonaerenses más populares, me han devuelto a ese ser porteño que respira Buenos Aires y lleva ritmo de tango y nostalgia por donde quiera que vayas, el mismo que aparece en los cuentos de Cortázar, de Glez. Tuñón, de Borges, en la poesía de Storni y en la tristeza de los versos de Helman. Pero sobre todo me llevan a La Boca, el barrio del estadio de La Bombonera y también el de Martín, el protagonista de la novela “Sobre Héroes y Tumbas” de Sabato; el de los combates de boxeo que describió Cortázar y el de los primeros emigrantes europeos.

Buenos Aires, una ciudad única que, además, de grandes escritores, el dolor de miles de desaparecidos y la voz de Gardel, desde ahora tendrá también la contradicción de lo que fue Maradona.