Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Borat se corona

En medio de una crisis como la actual no podía faltar la intervención del humorista británico Sacha Baron Cohen, siempre dispuesto a sacar partido de la coyuntura social y económica para disfrazarse de Borat y aprovecharse de la rentabilidad que le otorga la provocación mediática basada en la incorrección política. No hay que olvidar que la película que da nombre al personaje recaudó en su estreno de 2006 la exagerada cantidad global para una comedia gamberra de cerca de 270 millones de dólares. Su estrategia de entonces vuelve a ser la misma ahora, porque el supuesto ciudadano kazajistaní sigue encontrando en los Estados Unidos un auténtico filón para reírse de los paletos que votan a quien votan.

Como quiera que el 23 de octubre se lanzó en la plataforma digital Amazon Prime la secuela de Borat, se le ocurrió a modo de brillante idea promocional ir al show televisivo de Stephen Colbert en la cadena CBS para poner la escena en que es descubierto por el público de una fiesta de extrema derecha, cuando se hacía pasar, con una barba postiza que no engañaría ni al mismísimo Trump, por el cantante patriótico Country Steve. La reacción violenta se produjo al ponerse a cantar una tonada satírica cuyo estribillo decía “la corona es una estafa de los liberales”, quedando claro en ese preciso instante que el único estafador que había allí era nuestro ínclito Sacha.