Amaia U. LASAGABASTER

Una visita casi perfecta

El Eibar regresa satisfecho a casa, como casi siempre que se ha alejado de Ipurua esta temporada. Los azulgranas prolongan su buena dinámica de juego y resultados a domicilio, con una magnífica actuación y recuperando un punto tras verse por detrás en el marcador en un escenario que no se les da especialmente bien y que, no hay que olvidarlo, a día de hoy es el campo del mejor equipo de Primera. Que el gol del empate lo marcase un jugador tan necesitado como Sergi Enrich, que se acababa de llevar dos buenos palos ante Betis –penalti fallado– y Valencia –dos remates a la madera– y estaba a sólo siete días de completar un año sin ver puerta, supone un motivo añadido de regocijo para su equipo, que no escapa del pelotón en el que se apiña más de media categoría pero se mantiene a salvo del descenso.

Mención aparte merece el espectáculo en el que convierte Bryan Gil casi cada una de sus actuaciones. El estilo de Mendilibar le va como un guante y el chaval lo sabe y quiere aprovecharlo. No hay duda de que los aficiondos armeros tienen otro motivo para desear que Ipurua se reabra antes de que acabe la temporada: disfrutar en directo de un futbolista cuyo futuro se sabe a años luz del Eibar en cuanto se pite el final del último partido de Liga.

Pese a todo, el día no fue perfecto. No es por excesiva exigencia o porque el Eibar «sólo» sumara un punto. Sino, por un lado, por la sensación perenne de que los armeros tienen que hacer muchísimas cosas bien para llevarse un premio mínimo, mientras a los rivales les bastan un par de dentelladas para hacer mucho daño, pese a que la puerta esté cubierta por uno de los mejores guardametas de la Liga. La enésima constatación, en definitiva, de que, más allá de rachas, suerte y momentos, la calidad decide, por eso se paga, y la cartera del Eibar da para lo que da. Aunque como eso ya era sabido, quizá la peor noticia pasa por cómo salió la defensa de Anoeta: Bigas se marchó lesionado antes del descanso tras recibir un pisotón de Dmitrovic, Burgos vio la quinta amarilla y Paulo ni siquera había viajado a Donostia por sus problemas musculares... Y el próximo domingo los eibarreses se enfrentan al Real Madrid. Aunque quizá lo peor no es el rival, sino que tienen que jugar en Ipurua.