Majestuoso y libre, el río Viosa fluye por Albania con sus meandros hacia el Adriático. Pero los ecologistas albaneses y los habitantes temen a las represas y piden una protección única para el que tiene fama de ser «uno de los últimos ríos salvajes de Europa». Tirana prometió no tocar el río, apreciado por su inestimable biodiversidad, pero muchos activistas dudan de estas promesas y consideran que el estatuto de «área protegida» promovido por el Gobierno no será suficiente para preservar al Viosa de las represas y las centrales hidroeléctricas que abundan en Albania y en el resto de los Balcanes. El Ministerio de Medio Ambiente rechazó, bajo presión, la autorización a la empresa turco-albanesa elegida para construir una represa de 50 metros de altura, pero la decisión fue recurrida y el fallo pendiente es «una espada de Damocles» que todos temen. Edi Rama cree que clasificarlo como parque nacional sería «demasiado», pero las ONG aseguran que es la única forma de proteger ese ecosistema, amenazado ya por un proyecto de aeropuerto en el delta del río, zona «protegida».