Maddi TXINTXURRETA
DONOSTIA
ABEL AZCONA EN DAKAR

«Colonos» ofendidos violentan y censuran a Abel Azcona en Senegal

La primera de las «performances» que tenía programada el artista iruindarra en Dakar, crítica con el colonialismo y la ultraderecha, desató el enfado de los blancos residentes en la capital senegalesa, que cargaron con violencia contra Azcona y lograron censurar las exposiciones e intervenciones artísticas que tenía previstas en el país, hasta expulsarlo.

Abel Azcona tenía previstas varias exposiciones y performances en Dakar la primera semana de junio, entre ellas ‘Catorce piezas esenciales’, una visión retrospectiva de las obras del artista iruindarra que contaba con la colaboración de otros artistas locales y que iba a exponerse en la Galería Nacional de las Artes de Dakar.

Sin embargo, solo pudo hacer la primera de las funciones agendadas, ya que, tal y como ha comentado a NAIZ, la performance enfadó al responsable del Centro Cultural Francés donde llevó a cabo la intervención. Este se encargó de movilizar a la Policía y a los militares para vetar la entrada al equipo del iruindarra a los centros que iban a albergar las exposiciones de Azcona y así censurarlas.

La performance que generó el enfado del responsable de la entidad francesa se enmarca dentro del nuevo proyecto de Azcona, titulado ‘Los discursos del odio’. Es una crítica al colonialismo y a la ultraderecha, que empezó con la acción en Dakar y que el artista pretende completar a modo de serie en diversos lugares y plataformas. Por ejemplo, hará «conferencias ocultas en universidades» o artículos en medios de varios países.

La de Dakar fue la primera función de esta serie. En esta ocasión, Azcona adoptó el papel de un candidato político en un escenario dispuesto para simular un mitin, con carteles en francés que rezaban «Abel Azcona el candidato de todos», un atril, los espectadores portando sus banderitas senegalesas y el artista como orador pronunciando su discurso político.

El mitin de Abel Azcona estaba basado en discursos ultraderechistas y fascistas actuales, adoptando frases de Santiago Abascal o Marine Le Pen, y repitiendo en varias ocasiones una frase utilizada por la líder del Frente Nacional francés: «Estoy aquí y los protegeré».

«Me subí a un atril e hice un discurso de casi una hora de duración bastante repetitivo, construido con la base de diferentes discursos de ideología de ultraderecha y fascista. Pero era un discurso fino, no era abiertamente racista, sino plagado de micro-racismos del tipo: ‘yo no veo diferencias de razas porque somos una gran raza, la raza humana’», explica el artista.

Según Azcona, la performance agradó sobremanera a los espectadores locales, a los negros y las negras, no así a los «colonos blancos» que fueron precisamente los que le habían invitado a su local y los que le prometieron, cuenta el navarro, que en ese espacio tendría la libertad de hacer «lo que quisiera», que en «otros sitios» eran «islamistas» y lo iban a «perseguir». «Fue curioso que ellos se abrieron totalmente diciendo que hiciéramos lo que quisiéramos, y fue justamente al revés», señala.

Azcona apostilla que había planeado presentar los proyectos «más light» en los espacios que gestiona directamente Senegal, como la Galería Nacional de las Artes, que a priori «tienen un corte más conservador e islamista», y atreverse con las acciones más «libres» en los espacios gestionados por terceras personas, por «colonos», dice. Pero se tornaron los papeles.

Mientras Azcona daba el mitin, los blancos que acudieron a verle empezaron a gritar, a tirarle cosas, a sacarle del atril. Le desconectaron el micrófono. «Fue muy interesante –dice–, porque durante una hora yo seguí sin bajarme del sitio mientras ellos estaban reventándolo todo. A pesar de todo, después les intentamos explicar que eso no era un posicionamiento ideológico, sino que justamente hablaba también a nivel crítico de que Santiago Abascal y Le Pen son votados también por gente racializada».

Veto y censura

El linchamiento no acabó ahí. El responsable del club donde Abel Azcona había performado el polémico mitin se encargó de que el artista contemporáneo no pisara ninguna otra galería de la capital senegalesa.

Asegura Azcona que «el tío tiene suficiente poder para llamar a todo el mundo», y en cada local o galería que acudieron, donde tenían programadas distintas obras, performances y exposiciones, se toparon con policías y militares que les vetaron la entrada.

«Las obras que se habían impreso también las rompieron bruscamente y vivimos una situación muy violenta. Hubo un momento en que pensé que me llevaban. En realidad yo había hecho una selección de obras para exponer a nivel performance muy adaptada al lugar y al espacio. No había desnudos, ni temáticas de diversidad sexual. Pero es verdad que la primera performance que hicimos a este señor no le gustó y se dedicó a sabotear», relata Azcona.

El encargado del club francés comunicó a las autoridades del país que el iruindarra «no era un artista, sino un ‘terrorista’». La Policía llegó a registrar la habitación del hotel donde se alojaba y finalmente tuvieron que recurrir a la Embajada española en Senegal para abandonar el país, temiendo que algún agente policial o militar «no midiera bien la metáfora de ‘terrorista’».

El detonante funcionó

No es la primera vez que amenazan, violentan o censuran a Abel Azcona por su trabajo artístico. Pero justamente algunas de las obras del artista buscan completarse y cobrar valor mediante estas controversias: las obras funcionan como «detonantes».

En abril de este año, la Justicia archivó la causa abierta tras la denuncia del colectivo ultracatólico Abogados Cristianos por la exposición de la obra ‘Amén’ de Azcona, formada por hostias consagradas con la palabra «pederastia». Azcona dice que «'Amén' no tendría tanto valor si no hubiera pasado todo lo que se activó alrededor de la pieza». «Si el detonante no detona nada, el valor es mínimo», sentencia.

Sucederá lo mismo, asegura, con la primera parte del proyecto ‘Los discursos del odio’: «Creo mucho en la obra como detonante, es decir, que luego se construya a través de todo lo que tenga alrededor; la controversia, los procesos judiciales, las denuncias. Si tú haces algo como ‘Los discursos del odio’, que es una obra transgresora, y no tiene respuesta y un montón de gente te aplaude, vaya mierda. Algo has hecho mal. Si, en cambio, este tío [el responsable del Centro Cultural Francés] se ve lo suficientemente ofendido como para llamar casi al presidente del país para que te echen del país diciendo que eres un terrorista, es que algo has hecho bien. Porque además era un discurso construido muy inteligentemente para que solo te sintieras ofendido si realmente eres colono o estás del lado de Marine Le Pen».

El artista celebra que gracias al censor encargado del Centro Cultural Francés, «ahora la obra tiene mucho más peso curatorial y artístico». Pero lamenta y denuncia que le hayan prohibido inaugurar las demás exposiciones previstas en Senegal.

Azcona finalmente consiguió llegar a casa, «a tierras vascas».