TXIKI MONREAL CÍA
GUTUNAK

A Martín Villa

Escribo esta carta consciente de que los fascistas como él no leen cartas de abertzales y republicanos, ya que, aunque ellos sean conscientes de haber cometido muchos crímenes fascistas contra el pueblo, les duele lo que les duele: que el pueblo no olvide ni perdone los asesinatos, mandados por él, de Germán Rodríguez, de Joseba Barandiarán, el de José Luis Cano, los saqueos de escaparates, tiendas, etc. en Rentería de sus guardianes, el odio y la represión fascista, de un mal bicho, mal llamada «democracia». Aunque aquel 1978 marcó mi vida como militante, me duele decir que aquel 8 de julio de 1978, marcó un antes y un después, en mi vida.

Entonces tenía catorce años, ahora tengo 57. Vi en la iruindarra cuesta de Labrit tal brutalidad, tal represión, tal salvajada, que no tuve otra opción que comenzar mi vida política en Jarrai, concienciándome a nivel político-social de que a tal represión había que ponerle freno militando activamente como milité hasta 1983. Decenas y decenas de años de sacrificios, de injusticias, de despachos, ha costado llevar aquel infame ministro al banquillo y que pueda ser juzgado por sus crímenes de lesa humanidad. Ha tenido que ser la jueza Servini la que recoja todo el sumario. Es triste y vergonzoso para esta mal llamada democracia que la plataforma SF-78 Gogoan! se haya tenido que ir hasta Argentina para que se haga justicia, dignidad, memoria y reparación. Se haya tenido que ir hasta Argentina denota que la democracia española tiene muy mala salud.

Herriak ez du barkatuko.

«El dia que yo me muera,/ no me vengais a llorar,/ nunca estaré bajo tierra,/ soy viento de libertad».

En honor a todos y todas los represaliados y represaliadas.