Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Los días del desasosiego

Los viernes siempre ando con el tiempo justo para enviar la columna. Cuando la terminó me digo a mi misma que la próxima semana la escribiré antes. Pero nunca ocurre. Le doy vueltas a los temas, a las noticias, a las cosas que suceden y, al final, llega el viernes por la mañana y la página del ordenador está en blanco, solo con mi nombre y la fecha del día siguiente. Y no es porque no haya nada sobre lo que hablar, es porque a veces la realidad me desencanta y bloquea el optimismo con que me empeño en pensar que cualquier túnel, por largo y oscuro que parezca, siempre tiene una salida.

Hoy, precisamente, es uno de esos días. Yo les llamo los días del desasosiego, como los escritos del poeta portugués Fernando Pessoa. Saber que la unidad de la mayoría sindical se ha roto y LAB ya ha descartado la posibilidad de convocar una huelga general, ha sido para mí como un baño de realidad no deseada. Pensaba que la situación de desigualdad e incertidumbre en el futuro de pensionistas y trabajadoras y de otros colectivos más silenciosos y olvidados, muy bien se merecía una huelga general que marcase el principio de algo. Pero, ahora que son las seis de la tarde y llueve sin parar, esto que escribo solo me parece un pensamiento, un deseo que deambula por estos días del desasosiego, igual que los ensueños y reflexiones de Pessoa en aquella Lisboa del siglo XX.