En la taquilla del pasado año, dentro de las películas de producción propia en el Estado español, “Way Down” (2021) no ha conseguido el primer puesto, y sus cinco millones y medio de euros se quedan lejos del botín obtenido por Santiago Segura y su comedia familiar “A todo tren. Destino Asturias” (2021), con lo que Mediaset pierde la batalla en la gran pantalla contra Atresmedia. Su estrategia, consistente en aprovechar el tirón de la serie “La casa de papel” de Netflix, no le ha salido seguramente tan rentable como esperaban en Telecinco Cinema, debido a su falta de definición de cara al mercado internacional. Si uno se fija en su reparto británico diríase pensada para la exportación, pero su ambientación coyuntural relacionada con el triunfo de la Selección Española de Fútbol en el Mundial de Sudáfrica del 2010, la hace ideal para el consumo interior, por no hablar de lo estereotipado y localista de sus personajes secundarios.

Es posible que el equipo de guionistas haya querido huir del trillado modelo de “Ocean’s Eleven” en el género de atracos, al decidir que el robo no sea cometido por un grupo de ladrones profesionales, sino por cazadores de tesoros marinos. Da igual, porque a la postre tienen que contar con un joven ingeniero experto en tecnología actual para hallar el modo de burlar la seguridad del Banco de España, en cuya cámara acorazada se encuentra el oro del naufragio de un galeón del siglo XVII que creen les pertenece, por ser sus descubridores. No deja de ser una burda actualización del viejo concepto de la Perfida Albión, como si se tratara de los herederos del mismísimo pirata Drake.

Disputas patrías aparte, la película de Jaume Balagueró carece de la ironía necesaria para distanciarse de un contenido que se toma en serio, en su interés por primar la dinámica de acción. Sin embargo, esta nunca resulta verosimil, y tampoco es intrigante o emocionante.