Ramón SOLA
«DIÁLOGO IMPROBABLE» DEL FORO SOCIAL PERMANENTE

IRLANDA, TRES EXENEMIGOS Y MIL RELATOS

UNO MILITÓ EN EL IRA Y ESTUVO PRESO 16 AñOS, OTRO PISÓ EL NORTE DE IRLANDA COMO MIEMBRO DEL EJÉRCITO BRITÁNICO Y EL TERCERO FUE POLICÍA DEL RUC. UN CUARTO DE SIGLO DESPUÉS DEL ACUERDO DE VIERNES SANTO, AYER TRAJERON A EUSKAL HERRIA SU EJEMPLO DE CONVIVENCIA Y SU ALEGATO CONTRA «EL RELATO ÚNICO».

El ciclo ‘Diálogos improbables-Ustekabean topo’ del Foro Social Permanente sentó ayer en Donostia y Errenteria a tres personas que hace pocas décadas empuñaban las armas unas contra otras: un exvoluntario del IRA, Michael Culbert; un exmiembro del Ejército británico, Lee Lavis; y un expolicía de la polémica RUC, Roger McCallum. La simple imagen resultaba muy potente, pero no menos sus mensajes.

En un momento en que el Foro Social centra su prioridad en sacar «de los micrófonos» esta batalla, el exsoldado Lee Lavis alertó de «la dictadura del relato único» desde el arranque. Nacido en Inglaterra, Lavis entró en la Armada, en Infantería («los que luchábamos») con 18 años y fue destinado al norte de Irlanda: «Todo lo que sabía de Irlanda lo aprendí en el Ejército. El proceso de adoctrinamiento, de radicalización, es brutal con una persona tan joven: solo te enseñan qué, no por qué. En el Ejército no existe la complejidad, todo es simple, buenos y malos, nosotros el mejor país y ellos unos sicópatas terroristas».

«En la segunda vez que estuve allí ya empecé a darme cuenta de otras cosas, percibí que el relato del Ejército era muy maniqueo, muy en blanco y negro. Y me di cuenta de que tenía que abrir los ojos también a la violencia a la que nosotros contribuíamos», siguió.

A preguntas de los periodistas en la rueda de prensa matinal, Lavis añadió que ese empeño de imponer una sola versión «es algo imposible. Si para cualquier evento histórico buscáramos un único relato, habría que cerrar ya todas las escuelas de Historia. Por un lado, la Historia es algo caótico. Y por otro, siempre hay que preguntarse el porqué. La Historia es una zona gris entre la ciencia y la filosofía, para cada hecho histórico puede haber cientos de interpretaciones».

Michael Culbert ya había estado antes en Euskal Herria, pero para hablar de presos. En su caso, entró en el IRA en la oleada que siguió al Bloody Sunday: «Fue una decisión muy difícil, yo era funcionario y estaba casado con una maestra de escuela», evocó. Le esperaban dieciséis años de cárcel. Y hoy trabaja en Coiste, la organización que une y ayuda a «más de 25.000 personas que han pasado por la cárcel».

Reconoció que cuando en los 90 empezó el deshielo que dio pie al acuerdo de paz, «yo no estaba muy convencido de eso, creía que teníamos que seguir con el conflicto armado. Luego vi la buena respuesta de los votantes hacia el Sinn Fein y eso me convenció. Hay gente que piensa que un proceso de paz es algo que ocurre sin más, pero no es así, hay que hacer que ocurra», remarcó.

Nunca pensó Culbert que estuviera ayer en una misma mesa con dos antiguos enemigos armados, lo que toma como prueba de que «las cosas que parecen improbables se pueden conseguir, no son imposibles». Detalló sus avances en la convivencia para concluir que «la realidad actual refleja lo que se hizo 20 años antes, en este caso en el Acuerdo de Viernes Santo. Sin esos ladrillos no tendríamos esta casa. Yo creo que está funcionando, la verdad».

Por lo que respecta a la vidriosa cuestión del relato, «obviamente yo pienso que mi perspectiva es la correcta –subrayó Culbert–. Sigo creyendo que yo tengo razón. Lo que ha cambiado es el modo en que intento conseguir mis objetivos, y que estamos dispuestos a escuchar los relatos de los demás».

Pasado, presente y futuro

Junto a ambos, codo con codo, Roger McCallum, agente de la RUC desde 1976, en una saga familiar que incluye a su abuelo y sigue ahora en su hijo. Explicó cómo tomó conciencia progresiva de que «en el norte de Irlanda somos millones de personas que tenemos que aprender a convivir en paz» y también «a entender que lo que pasó queda en el pasado. Y el pasado es algo muy largo», dijo parafraseando a William Shakespeare.

También él coincidió en que no cabe un relato único, y para afrontar esta peliaguda cuestión expuso opciones que se trabajan en Irlanda. Por ejemplo, una obra de teatro que han preparado con debates posteriores, tras la que «el 70% de la gente entiende mejor que antes qué era ser agente de policía». Citó la opción de un centro en Belfast que recopile todos los relatos. O la idea de «un único relato basado exclusivamente en hechos, aunque no sé si podremos llegar a eso algún día».

Los tres coincidieron en que el posconflicto armado ha abierto sus mentes e incluso les ha llevado a estudiar carreras universitarias. En el caso de Lavis, «he aprendido mucho también de las víctimas de la violencia de Estado, una violencia que parece que es diferente porque los victimarios ‘están en plantilla’. Pero no, para nada; toda causa el mismo luto».

La lucha entre ellos sigue ahora por derroteros políticos. En este nuevo contexto, ¿cómo se viven los triunfos y las derrotas? GARA preguntó a Lavis si se sentiría dolido en caso de que el Sinn Féin se convierta en primera fuerza del norte de Irlanda. «No me críe en el norte de Irlanda, y además soy un votante flotante –matizó de entrada–. Pero no me importa en absoluto. Para mí la política no tiene que ver con banderas. Si el Sinn Féin es el más votado, será porque tienen el mejor programa. No siento que yo haya sido derrotado por eso».

También McCallum se alejó de la cuestión identitaria ante este interrogante: «De las banderas no se come, lo decía John Hume. No me preocupa mucho que haya un referéndum sobre la unificación de Irlanda. Me preocupa más lo que se debate en el Parlamento sobre los precios, sobre los servicios públicos, sobre el Brexit…»

¿Y el movimiento republicano? ¿Siente como derrota por ejemplo las marchas orangistas sin el rechazo violento de antaño? Culbert introdujo aquí «el factor tiempo: desde 1998 todo ha cambiado tanto… Antes todo era supremacía lealista. Ahora siguen teniendo sus organizaciones activas pero saben que no se les va a permitir ya todo lo que se les permitía antes».

INTERVENCIONES:

«Un proceso de paz no es algo que ocurra sin más, hay que hacer que ocurra»

MICHAEL CULBERT

Exvoluntario del IRA

«Lo que menos necesita una sociedad posconflicto es un pensamiento único»

LEE LAVIS

Exsoldado británico en Irlanda

«Hay que dejar en el pasado lo que pasó. Y lo dijo Shakespeare; el pasado es muy largo»

ROGER MC CALLUM

Expolicía del RUC