Maite UBIRIA BEAUMONT
BIARRITZ

Cierran el peaje de la A63 para que París quite las barreras a los presos

Artesanos de la Paz y Bake Bidea han encadenado dos acciones de desobediencia para pedir que se cumpla la ley según la cual Ion Kepa y Unai Parot, al igual que Jakes Esnal, deberían estar ya en sus casas. El viernes pidieron cuentas a Emmanuel Macron ocupando el servicio de impuestos, en Biarritz, y ayer cortaron durante media hora el paso de la autopista 63 en ambas direcciones. Advierten que insistirán en los bloqueos y ocupaciones «hasta traerlos a casa».

Coincidiendo con la fecha en que tres prisioneros labortanos, Jakes Esnal, Unai Parot y Kepa Parot, cumplían 32 años en prisión, Artesanos de la Paz y Bake Bidea concatenaron, entre el viernes y ayer sábado, varias acciones de desobediencia que, advierten, «ni serán las únicas ni tampoco tienen por qué ser las de más impacto».

La advertencia llegaba pasadas las 9.30 de la mañana de la boca de los portavoces de Bake Bidea, Anaiz Funosas, y Artesanos de la Paz, Jean-Daniel Elichiry, que se pronunciaron ante los medios desde el parking Harana de Hazparne, donde decenas de voluntarios esperaban al arranque de la acción.

A la misma hora, a una cincuentena de kilómetros, en el parking de un conocido centro comercial de Urruña, otra nutrida representación de activistas ultimaba, a su vez, los preparativos antes de emprender ruta.

Los portavoces remarcaron que, al igual que hicieran durante la ocupación del viernes en el Servicio de Impuestos de Biarritz, con la protesta de ayer querían volver a poner de manifiesto «la absoluta determinación» que acompaña a esa fase de movilizaciones que arrancó, el 18 de febrero, con la sentada ante la Subprefectura de Baiona.

Los solidarios con los presos pusieron, además, una nueva fecha encima de la mesa, la del próximo 19 de mayo.

Ese día el Tribunal de Aplicación de Penas de París verá la causa de Jakes Esnal. Cabe recordar que la defensa del preso vasco ganó el mes pasado el recurso que presentó ante el Tribunal de Casación para dejar constancia de que, contra la opinión de la Fiscalía antiterrorista, el preso lohizundarra no tiene por qué pasar por la comisión de valoración o CNE para poder aspirar a la libertad condicional.

La decisión en casación relanzaba el dosier de Jakes Esnal lo que, según avanzaron ayer en Hazparne tanto Elichiry como Funosas, hace que las miradas se dirijan a ese 19 de mayo, que marca un nuevo horizonte.

Los portavoces emplazaban al Estado francés a no poner más palos en la ruedas al retorno de presos septuagenarios como Parot y Esnal, ni, en general, al proceso de resolución por el que aboga desde hace años la mayoría social y política de Ipar Euskal Herria. «Si a partir del 19 de mayo no se da una solución a la demanda de liberación condicional de Jakes Esnal, bloquearemos Ipar Euskal Herria», resumió Anaiz Funosas.

«Operación caracol»

Tras las declaraciones a los medios de comunicación, de manera coordinada, unos 120 vehículos, repartidos entre Urruña y Hazparne, se ponían en ruta con destino a la principal arteria de comunicación: la A63.

La caravana accedía directamente a la autopista desde el peaje de Urruña, mientras que los conductores que partieron de Hazparne –y junto a ellos los periodistas– circulaban a paso de caracol por la A64 para, dejando a un lado Baiona, incorporarse luego a la A63.

Los carteles y banderolas dejaban pocas dudas sobre el carácter inusual de esa doble caravana que, de inmediato, impuso un ritmo parsimonioso a la circulación en esa vía rápida.

A su paso, en los puentes que planean sobre la A63, activistas ajustaban en las barandillas pancartas en las que se solicitaba el retorno de los presos.

Con apenas unos minutos de intervalo los vehículos que encabezaban las dos caravanas alcanzaron por fin las dos vertientes del peaje haciendo sonar el claxon en señal de saludo.

Los coches se pararon en seco, apagaron los motores y el peaje quedó de facto bloqueado. Se interrumpía así la circulación en la autopista que gestiona el grupo Vinci, tanto en dirección a Baiona como en dirección a Hendaia. Esto provocó de inmediato largas colas, para desesperación de los gendarmes que se acercaron a las barreras para tratar de conocer cuánto tiempo duraría esa acción.

«Solo vamos a ocupar el peaje durante media hora», les aclaraban los organizadores de la protesta, un mensaje tranquilizador para los uniformados, no tanto para algunos viajeros con situaciones especiales.

En uno de esos vehículos que quedaron varados en medio de la caravana solidaria viajaba una parturienta que se dirigía a Baiona. Su marido bajó del vehículo a preguntar sobre lo que sucedía. Entre los activistas había un médico, que se acercó dispuesto a calmar a la mujer. De inmediato se decidió abrir un «pasillo» para que la pareja pudiera seguir viaje. Partió en dirección a Baiona por el peaje liberado entre aplausos y gritos de ánimo para la futura madre. No fue el único coche al que se dejó pasar. Los activistas abrieron igualmente paso a otro vehículo en el que viajaba un menor autista al que el jaleo de bocinas, gritos por los presos y demás le puso, como es normal, un poco nervioso. La barrera se abrió también para su familia, que franqueó, con gestos de agradecimiento, el peaje que volvió a cerrarse para una larga fila de coches y unos cuantos camiones.

La acción seguía su curso, y de camino de un lado al otro del peaje, Anaiz Funosas, a la que la víspera la Policía había sacado en volandas de la Oficina de Impuestos de Biarritz, como al resto de activistas que ocuparon durante ocho horas ese edificio, exponía a GARA las perspectivas de esta fase de acciones «determinadas».

«Hemos decidido bloquear durante media hora esta autopista porque nuestro objetivo es demostrar al Estado las consecuencias que tiene obstaculizar el proceso vasco», señalaba. Según explicó, «en los próximos días y semanas los ciudadanos comprometidos de este país vamos a ir desarrollando un proceso, que irá in crescendo, y que, finalmente, puede llevar a un bloqueo general de Ipar Euskal Herria si las audiencias que tienen por delante Esnal y Parot no se resuelven de acuerdo a la ley y a la voluntad de la mayoría de este país».

Fue tras la movilización del 8 de enero en favor de los derechos de los presos cuando sesenta ciudadanos, de ámbitos y sensibilidades diferentes, pusieron ya sus nombres a la cabeza de una lista de personas dispuestas a implicarse en acciones más decididas.

Desde entonces ese listado no ha hecho sino engrosarse con los nombres de otras personas dispuestas a asumir las consecuencias de esas protestas que se han hecho coincidir además con la doble cita electoral de las presidenciales y legislativas en el Estado francés.

Listado de voluntarios

Más de 200 ciudadanos, entre ellos varios electos como el ex alcalde centrista de Biarritz, Michel Veunac y el primer edil abertzale de Itsasu, Mizel Hiribarren, se sumaron a la acción del 18 de febrero ante la Subprefectura, en Baiona. Una movilización a la que se puso fecha de antemano, y a la que siguió la acción sorpresa que llevó a la ocupación, el viernes, de la oficina dependiente del Ministerio de Finanzas, en Biarritz. Esa ocupación, que no se comunicó previamente, se prolongó desde media mañana hasta pasadas las 19.00, cuando la Policía francesa procedió al desalojo. Contó con la participación directa de medio centenar de activistas.

Ayer, 120 vehículos, que en su mayoría llevaban en su interior a varias personas además del conductor, se sumaron a la ‘operación caracol’ y al bloqueo de la autopista, pese a que la Policía les advirtiera de que podían ser objeto de sanciones por ejercer esa protesta.

Agitando banderas o con cánticos en favor de la repatriación de los presos, ocupando las vías del extenso peaje de Biarritz, saludaron desde fuera de sus vehículos a los voluntarios que desplegaron desde la cubierta pancartas para remachar el mensaje que ya colgaron sobre la fachada central de la oficina de impuestos de Biarritz un día antes. «Macron, ¿y los presos vascos qué? Liberad a Ion, Jakes y Unai».

Ese mensaje escrito en francés se podía observar desde el retrovisor del coche cuando, tras una sonora pitada de celebración, los activistas arrancaron los motores y despejaron el peaje. La acción había concluido y, tras una paciente espera de más de media hora, los conductores pudieron seguir adelante con su viaje y sus planes de fin de semana.