Fede de los Ríos
JO PUNTUA

¡Que vienen los rusos!

La batalla de Ucrania por su libertad es nuestra batalla porque sabemos que la guerra desencadenada contra la integridad territorial y contra los ciudadanos de Ucrania no sólo pretende combatir la existencia libre y soberana de este país europeo sino que busca también y sobre todo atacar los valores genuinamente europeos» fue el preámbulo de la Presidenta del Congreso que dio paso a la intervención del Presidente de Ucrania. De lo anterior se infiere que Ucrania es Europa, que Rusia no lo es (la placa tectónica euroasiática, a la chita callando, ha debido quebrarse sin decir ni mu); y de la existencia de unos valores europeos genuinos, sin mezcla exótica. Humanistas dicen pues siempre dimos cobijo al perseguido, ora en campos de refugiados ora en campos de concentración.

Hubo que echar al moro incapaz en 700 años de adoptar los valores europeos y la Inquisición ayudó a reforzar sus cimientos cristianos. Existieron momentos históricos de zozobra, generalmente promovidos por las clases menos cultas, como las veleidades igualitarias de los sans-culottes en 1789 a las que Bonaparte, un europeo de genuinos valores, puso fin: igualdad sí, dentro del orden natural de las cosas que es el de ser unos más iguales que otros: derecho a la diferencia lo llaman. Desde Octubre del 17 un viento del Este, trasladó esporas que azuzaban la lucha de clases. Sufrimos. Pero Portugal, España, Italia, Alemania y el Vaticano alzáronse en defensa de los valores europeos frente a las degeneradas razas eslavas sovietizadas. La época colonial fue un malogrado intento de expandir los valores europeos por el mundo. Nunca lo agradecieron aquellos salvajes, hablaban de invasión y esquilmación. Hoy, gracias a Dios y un poquito a la OTAN, tenemos la suerte de que los valores europeos coincidan punto por punto con los valores en Bolsa de Wall Street.

¿Queda claro? El oligarca europeo Zelenski es okey mientras que el oligarca bárbaro Putin is bad. Y al fondo, a la derecha, acechando… las huestes Fumanchú.