LEVANTE 3

ALAVÉS 1

“Crónica de un descenso anunciado”. Este título le viene como anillo al dedo al Alavés, que ayer certificó un descenso que ya se estaba augurando desde hace varias semanas. Los albiazules trataron de retrasar lo que parecía inevitable al ganar al Villarreal y al Espanyol, pero las derrotas ante Mallorca, Celta y Levante, cuando no tenía margen para maniobrar, le han condenado a Segunda División. Ni con el mejor registro de su goleador Joselu Mato, que ayer volvió a ver puerta, fue capaz de sobrevivir en Primera División. Ya hacía años que coqueteaba con el descenso, que lograba salvarse de manera más o menos milagrosa, y en su sexta participación de forma consecutiva en la élite, ha consumado un descenso que según el delantero gallego ha sido «merecido».

Joselu no escondió su disgusto en la entrevista postpartido. Dejó claro que el descenso ha llegado no solo por el desliz de ayer, «viene de lejos, es imposible mantener la categoría haciendo las cosas que hemos hecho. No somos partícipes de merecer seguir en Primera».

Soñó en más de un momento que la permanencia podría ser posible. Las calculadoras han ardido durante toda la semana, haciendo cálculos de algo que podría ocurrir y en esas fórmulas que daban esperanza al Alavés había una cosa que no podía fallar: ganar al Levante. Vale, según las matemáticas puras, el empate podría ser de agrado siempre según el resultado de Mallorca y Cádiz, pero siendo honestos el triunfo era indispensable. Además, Cádiz y Mallorca cumplieron con su labor. Los mallorquines ganaron en Vallecas y los gaditanos empataron ante el Real Madrid.

Errar cuando no hay margen

El gol de Joselu antes del descanso parecía abrir un nuevo camino al Alavés, que sin depender de él, se acercaba a la salvación que marcaba el Mallorca gracias a su tanto inicial en Vallecas. Porque el Real Madrid, con su tanto tempranero, permitía al Glorioso que la última jornada en Mendizorrotza pudiera ser crucial. Junto al gol de Joselu llegó la diana de Sobrino para el Cádiz. Mala noticia, pero no tan mala, porque el Alavés seguía ganando. Un mejor resultado que el Cádiz le mantenía con vida, aunque fuera en la UCI, donde ha permanecido las últimas semanas, con ese hilo de vida.

Pero ese hilo de vida no pudo superar el varapalo que supuso el gol del empate de los granotas, porque se pasó de poder subir el 0-2 al marcador en un zapatazo de Lejeune que se estrelló en el poste, al 1-1, obra de Óscar Duarte en un saque de esquina. El defensor local saltó más que nadie para cabecear un centro medido que se coló por la escuadra de la portería defendida por Pacheco. Solo mirar, eso es lo que apenas pudo hacer el arquero extremeño.

Pudo hacer más el Alavés para volver a lograr esa mínima renta que le mantendría con vida pero las pulsaciones bajaron sobremanera, hasta que ya no hubo retorno.

Velázquez trató de desfibrilar al equipo con las entradas de Édgar Méndez y Manu García pero el equipo estaba ya hundido, sin un rumbo fijo, mientras el Levante, ya descendido, con las piernas más sueltas, entendió que debía ofrecer una última victoria en la élite a su afición.

Roger Martí hizo el 2-1 que mató definitivamente al Glorioso. A falta de 15 minutos para el final, el Alavés fue asumiendo que no era equipo de Primera División, que su camino por la élite se estaba acabando. Además, el Mallorca logró el gol de la victoria en Vallecas y Morales hizo un último tanto en el Ciutat de València, sepultando definitivamente a los babazorros.