A su manera. Así ha acatado el Opus Dei los cambios introducidos por el papa Francisco en su prelatura personal a través del Motu Proprio (documento papal) “Ad charisma tuendum”, que entró en vigor ayer.

En su página web, aunque sin aparecer de una manera destacada, la Obra ha introducido esas modificaciones en el apartado en el que se ofrece el texto de la Carta Apostólica “Ut sit”, del 28 de noviembre de 1982 y por la que Juan Pablo II convirtió al Opus Dei en la, hasta el momento, única prelatura personal existente en la Iglesia católica.

Siguiendo la redacción de la misma, se llega a los artículos V y VI, a los que se ha añadido una ‘n’. De esa manera se quiere recalcar que la redacción de los mismos es nueva. En el primero de ellos, ahora figura que, en virtud de la constitución apostólica “Praedicate Evangelium”, la prelatura depende del dicasterio del clero. Y en el nuevo artículo VI, se recoge que, cada año, el prelado del Opus presentará a ese dicasterio un informe «acerca de la situación de la prelatura y del desarrollo de su trabajo apostólico».

Que la Obra recoja oficialmente esos cambios parece mostrar lo que anunció públicamente a través de una carta el prelado del Opus, Fernando Ocáriz, en la que aseguró que aceptaba «filialmente» las nuevas disposiciones adoptadas por el papa.

Tampoco es que tuviera mucho más margen de maniobra, ya que, como señaló a GARA Jesús Bastante, redactor jefe de la página web religiondigital.com, «no le queda más remedio. ¿Qué va a decir?, ¿que no los acepta?».

No olvida

Pero de alguna manera, el Opus Dei ha querido dejar patente que durante cuarenta años las cosas no han sido así y que no olvida. Y lo ha hecho a través de un añadido final con dos elementos principales.

Por un lado, en relación a la incorporación de la “n” ya citada, se especifica que esa letra indica que «el texto corresponde a la nueva versión».

Acto seguido, añade la «redacción original de los artículos modificados por su santidad el papa Francisco (cf. Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ad charisma tuendum, del 14 de julio de 2022, en vigor desde el 4 de agosto de 2022».

Y a continuación recoge que el artículo V establecía que «la prelatura depende de la sagrada congregación para los obispos» y que en el VI redactado en 1982 se fijaba que «cada cinco años, el prelado presentará al romano pontífice, a través de la sagrada congregación para los obispos, un informe acerca de la situación de la prelatura y del desarrollo de su trabajo apostólico».

Esa particular apostilla parece un intento de dejar claro que el Opus no se desprende del todo de los privilegios que le otorgó Juan Pablo II y que, a pesar de que exteriormente asegura acatar las disposiciones de Francisco, no se resigna así como así a perderlos.