Un año más, las playas de Plentzia y Gorliz acogieron una «marea» de banderas amarillas que portaron los solidarios con las personas migrantes que buscan refugio huyendo de la miseria, de la desertización, el subdesarrollo y la guerra.

La acción tenía un doble objetivo. De un lado, concienciar sobre las políticas de muerte de la UE en sus fronteras y, del otro, la falta de derechos de las personas que buscan refugio en Europa.

«Reivindicamos el derecho a la movilidad libre y la regularización de las personas que viven y trabajan aquí», explicaron desde la plataforma. «Que estas personas no estén regularizadas solo beneficia a quienes abusan de ellas. Porque ya están trabajando. Cuidan a nuestros mayores, las emplean en la hostelería, en el campo. Sin papeles, se les precariza. El obrero aplastado por una piedra en Markina, era migrante», recordaron.

Desde la organización, se apunta que en la «marea horia» de ayer participaron más de doscientas personas. La mayoría, con banderolas y la larga pancarta a pie de playa. Otros, remando con sus kayak mientras lucían el emblema amarillo en solidaridad con los refugiados.

De la playa a la plaza del Astillero.

La acción comenzó a mediodía desde la rampa de Hondartzape y bajando a la playa. Desde allí marchó una cadeneta que cruzó la arena para subir después al paseo por Arkote y sumando las pancartas de los muelles.

De ahí, pasaron al puerto y al paseo de la ría hasta la plaza del Astillero, donde tuvo lugar un homenaje a los muertos y desaparecidos con música de violín y lanzamiento de flores a la ría. Son 28.000 las personas que se sabe a ciencia cierta que han fallecido en su viaje a Europa en la última década.

Asimismo, se leyó un comunicado que denunció que la UE ejecuta «una criminalización del derecho a migrar, cerrando y externalizando fronteras con planes de contención migratoria que provocan la muerte de miles de personas cada año».

Ongi Etorri Errefuxiatuak aseguró que «dictan leyes que suponen la institucionalización del racismo, dando lugar a la existencia de miles de personas sin derechos y una mano de obra sobreexplotada».

En cuanto a las mafias que trafican con seres humanos, los participantes de esta «marea» sostuvieron que es la propia Europa quien las está alentando con sus políticas. «En lugar de establecer políticas migratorias basadas en el estricto respeto de los derechos humanos, están fomentando el surgimiento de mafias que se están enriqueciendo a costa del sufrimiento ajeno. En lugar de abordar una política migratoria ordenada y legal, están abandonando a su suerte a miles de personas».